Veamos: el día 30 de Marzo de este año hubo un Cónclave de Seguridad Interior, organismo perteneciente al Ministerio de Seguridad, que con foco en el narcotráfico, realiza reuniones periódicas entre ministros provinciales, fuerzas Federales representantes de la Justicia y de Seguridad Nacional e internacional para articular una agenda contra el delito organizado. Ese día los agentes de la DEA, Richard Candelaria y Kevin Wood, blanquearon que la agencia de EEUU no solo selecciona a los oficiales argentinos que componen los Grupos Operativos Conjuntos( GOC) que funcionan en el NOA y en el NEA desde 2017, en pleno macrismo, sino que también lo conducen .
En ese cónclave, en el CCK, el obediente auditorio estaba compuesto por el Ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, el Titular de la Procuraduría de Narco- criminalidad (Procunar), Diego iglesias, y el Juez por DEA de Zárate-Campana Adrián González Charvay, entre otros. Fue tal la «camaradería» que Kevin Wood se soltó y comenzó a explicar a los argentinos presentes qué hacían en su territorio con los efectivos «criollos», exponiendo hasta dónde llega la mano de la DEA en el intento de crear grupos de élite para la investigación criminal. Lo que no contó el agente de la DEA, es por qué a un lustro de su creación, y a pesar de no haber dado resultados positivos, los GOC están en pleno proceso de expansión en las regiones del AMBA, Cuyo y la Patagonia, ampliando su dominio sobre casi la totalidad del territorio nacional.
Tampoco dijo, por supuesto, que ponen una caja de dólares en» negro» a disposición de los efectivos que componen los Grupos, entre tantas otras cosas que aparecen en los documentos confidenciales que constan en el Ministerio de Seguridad Nacional. Pero quizá lo más grave ocurrió el día 3 de Octubre durante la visita del Ministro Aníbal Fernández a San Nicolás, donde anunció que con el apoyo de EEUU esa ciudad tendrá un comando antinarcóticos, pero no se dio a conocer con respecto a qué son los GOC, qué funciones cumplen y que hace la DEA con ellos: Se había hecho en una oportunidad una suerte de «comandos» en determinados lugares, en este caso en NOA y NEA argentino con estructuras de financiamiento y colaboración de la Embajada de EEUU, pero con nuestra fuerzas de seguridad de la región…?
Aníbal comentó: «Un día me vino a visitar el embajador Mark Stanley, que estaban dispuestos a colaborar con nosotros y poner un GOC en Santa Fé», comentó el Ministro.
Este tipo de estructuras son una forma de ordenar irregularidades que suceden entre el vínculo de la DEA y las fuerzas Federales y Provinciales. La DEA tiene interés en dos tipos de provincias: las fronterizas y las que tienen un intenso flujo portuario: Misiones, Santa Fe, Salta, Jujuy, Mendoza y Córdoba.
La mayoría de las fuentes consultadas que trabajaron con la DEA durante los ‘80 y los ‘90, afirmaron que los sucesivos jefes de la agencia protestaban por los celos entre las fuerzas de Seguridad Argentinas que complicaba los objetivos de la DEA.
El caso de Salta es paradigmático. Allí los Norteamericanos alquilaron durante mucho tiempo una casa en un barrio residencial de Villa San Lorenzo. La vivienda estaba habitada por las fuerzas argentinas que cada dos meses recibían la visita de sus colegas «americanos» a quienes les entregaban informaciones estratégicas. La primera experiencia valiosa que expone como la DEA vulnera sistemáticamente la soberanía nacional, sino también la complicidad local, fueron Frontera Norte en Salta y el Grupo Cóndor en Jujuy. El primer inter fuerza comenzó en 1997, mientras el segundo lo hizo el año siguiente. Tanto en Salta como en el grupo Cóndor, la orden yanqui era cortita y al pie: la DEA supervisaba los trabajos y requería toda la información relevada sin mediaciones. A cambio de eso recibían dólares en «negro» para gastos diversos, tecnología y móviles. Por si hace falta aclararlo la recepción de divisas no figuraba en la contabilidad argentina, pero sí en la de EEUU.
En Salta, la DEA financiaba el Escuadrón 51. El oficial de enlace entre la Frontera Norte y la DEA, entre 1997 y 2005 fue el Gendarme Carlos Gutiérrez. Gracias a que fue llamado a declarar en la causa en la que, bajo el paraguas de la Agencia, Julio César Pose terminó siendo condenado por el delito de instigación al narcotráfico y se convirtiera en Octubre de 2020, en el primer «informante» oficialmente reconocido por la DEA con una condena en la argentina. Gutiérrez era quien le tocó coordinar las acciones entre la Agencia y la Gendarmería en el caso conocido como» Floralis Genérica».El ex- gendarme declaró en sede judicial que Frontera Norte se encontraba patrocinada» por la DEA y también expuso descarnadamente las «cosas» que pasaban lejos de los despachos.
El mismo Carlos Gutiérrez explicó cómo funcionaba la doble vara de la agencia yanqui en el país: «La DEA se involucraba con toda su logística incluso con medios aéreos.
La DEA cuestionaba a las fuerzas federales porque los decomisos no vienen de investigaciones sino de check point o sea de casualidad. Llevarse bien con la DEA, implica presentar resultados, rendir cuentas a la Agencia, y entonces se logran más equipos y «otros beneficios». Lo que resulta extraño es que porque no se le preguntó a Gutiérrez de qué manera la DEA, que tiene prohibido operar en territorio, accede a información antes que las propias agencias de seguridad locales. La respuesta es sencilla: por medio del pago a informantes. O sea que, a fuerza de dólares, se montó una estructura de inteligencia inorgánica que hace que todo comience y termine según los designios de la agencia de EEUU.
En el caso del Grupo Cóndor, financiado por la DEA para operar en Jujuy, el vaso comunicante era el Jefe de Narcotráfico de la policía provincial, Ricardo Sánchez. Él coordinaba los trabajos de veinte de sus subordinados.
Estos intentos de la DEA concluyeron abruptamente en 2011, a causa de la ruptura diplomática después de la incautación del material que traía el avión material de EEUU, para capacitar supuestamente en técnicas antiterroristas al GEOF de la Policía Federal. Como consecuencia de ese incidente, Frontera Norte y Frontera Oriental fueron cerradas. Recién en 2014, mediante negociaciones del entonces viceministro Sergio Berni, con llegada a la embajada, se retomó el vínculo con el gobierno nacional.
En simultáneo quedó a la vista hasta donde penetró la Agencia en las estructuras políticas, judiciales y policiales argentinas. El movimiento ajedrecístico pasaba tan desapercibido que la prensa titulaba: «Apagón de la DEA en la Argentina», cuando en realidad estaban mostrando cuan epidérmica era la construcción que habían montado a los largo de los años para sortear la coyuntura y puentear al gobierno nacional de turno mediante acuerdos secretos que lograba con provincias como Salta, Córdoba, Mendoza y Tucumán entre otras.
En 2016, Patricia Bullrich viajó a EEUU para reunirse con el director de la DEA. El resultado de ese cónclave fue un proyecto de Ley aprobado en noviembre de ese año con las condiciones técnicas y operativas impuestas por los «yanquis»,. En lo formal los lineamientos estratégicos del Grupo eran definidos por el subsecretario de Lucha contra el Narcotráfico, Martin Verrier, salido del semillero de Francisco de Narváez.
Fue tal la escasez de los resultados de los GOC, que ni Patricia Bullrich los menciona como logros de su gestión. Cuando asumió Sabrina Frederic en el Ministerio de Seguridad en 2019, la DEA reclamó que se mantuvieran los GOC, la entonces Ministra emitió una resolución en la que se anulaba la utilización de los polígrafos, cosa que molestó mucho a la DEA. El gobierno preguntó porque en las reuniones entre la DEA y Oficiales que aspiraban a integrar los GOC no había presencialidad de funcionarios argentinos. Se le respondió al Gobierno que era una decisión de la DEA de acuerdo a la autonomía ejercida en todos los países donde actuaba. Otra de las cuestiones a resolver era la no transparencia de la existencia de una «caja» en dólares que la DEA ponía a disposición de los GOC para gastos que no se consignaban en ningún lado,
Los GOC se convirtieron en una caja permanente para las policías provinciales. Como nunca, las fuerzas de seguridad que participan de estos operativos tienen al alcance sus manos, más autos, más plata en la «caja chica» para pagar informantes viáticos y otros rubros.
En los últimos años la DEA planteó su pretensión de que dejasen actuar libremente a sus agentes en territorio argentino, poniendo de ejemplo nada menos lo que ocurre en Paraguay, el país en Sudamérica meca de la narco criminalidad y contrabando.
La DEA no es solo una agencia que controla y regula el narcotráfico que puede llegar a EEUU, sino en el territorio que actúa recoge información sobre sobre los sistemas de seguridad de estos países y reporta a través de sus respectivas embajadas al Departamento de Estado de los Estados Unidos.