Aunque con críticas, el FRAL destaca de la Reforma Constitucional “la participación popular”

Los dirigentes Ramón Cabrera y Bernardita Zalisñak de los partidos comunistas y humanistas respectivamente reivindican que el texto de la constitución a reformar diga que “se debe garantizar la participación popular en todos los ámbitos”, tal como expresó el convencional Jorge Busti en el acto inaugural de la Constituyente.
COMUNICADO TEXTUAL
Hoy es necesario un Estado basado en el respeto e igualdad entre todos, con principios de soberanía, dignidad, complementariedad, solidaridad, armonía y equidad en la distribución y redistribución del producto social, donde predomine la búsqueda del vivir bien; con respeto a la pluralidad económica, social, jurídica, política y cultural de los habitantes de esta provincia; en convivencia colectiva con acceso al agua, trabajo, educación, salud y vivienda para todos.
Lamentablemente, la Reforma de la Constitución tiene una condición de origen en la que no se le da participación a la gente, no se la informa, no se atiende a las necesidades básicas, no se les da igualdad de oportunidades, con lo cual podría ser letra muerta. Los sucesivos gobiernos tuvieron la oportunidad de mejorar la calidad de vida en todos los órdenes, ya con la Constitución que será reformada, y sin embargo, no lo hicieron.
Pese a que el saliente gobierno de Busti llamó a votar en su oportunidad a una consulta provincial en donde la ciudadanía no se expresó mayoritariamente por el SI a la Reforma de la Constitución; pese a que luego sacaron la Reforma logrando los votos de la mayoría de los diputados de la Legislatura, es decir los votos que no habían logrado de la sociedad; pese a todo ello, desde el Frente Amplio hacia la Unidad Latinoamericana; deseamos fervientemente que el ex gobernador cumpla su palabra de promover una institucionalidad popular mediante mecanismo de participación directa y semidirecta, aspecto programático del FRAL y de los partidos que lo conforman.
Estamos hablando, inequívocamente, de revocatoria de mandatos mediante referendos, para gobernadores y legisladores; poner a consideración el tratamiento de temas medulares para la soberanía de Entre Ríos y los intereses populares mediante mecanismo similares. Sería de esperar que tales mecanismos sean respetados en la práctica y debidamente reglamentados, teniendo en cuenta que en la Constitución Nacional reformada en 1994 se encuentra la figura de consulta popular, pero que hasta la fecha no ha sido reglamentada.
Ello en sintonía con democracias participativas de avanzada, como las que se están construyendo en Venezuela y Bolivia; o aspectos medulares de la institucionalidad de participación popular existente en Cuba y que es ignorada por el Mundo.
Tenemos claro que con la letra de la Constitución no alcanza, que ello deberá ser acompañado por la movilización de los sectores populares, sus organizaciones y de la sociedad toda, para lograr no solo plasmar en la nueva Carta Magna una institucionalidad de este tipo sino para llevarla a la práctica de las políticas No obstante, institucionalizar mecanismos de participación popular en la letra constitucional sería un primer paso; su puesta en práctica, mas allá de dobles discursos, vendrá de la mano de una alternativa política, amplia, profunda y generosa, que ponga en práctica el poder en manos del pueblo y los gobernantes subordinados a ello y no como ocurre ahora, exactamente al revés.

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