Con este reajuste, la suba de combustibles alcanza un 13,5% en lo que va del año, superando a la inflación que para el primer cuatrimestre se calcula en 9%. “Cuando por fin tenemos un aumento nosotros en la tarifa de bajada de bandera, que actualmente es de $ 28,50, ya queda devaluado respecto los número del combustible que enseguida sube de nuevo”, manifestó Martínez. “Si bien es posible hablar con concejales para modificar esto sabemos que la gente tampoco percibe un aumento salarial acorde a los incrementos y entonces podría haber una disminución de pasajeros”, agregó.
Por su parte, el propietario de Remises Concordia, confirmó que sólo pueden aumentar las tarifas don veces al años aunque comento que a fines del año pasado se hizo una modificación en la ordenanza en la que no cambiaron los tiempos, pero si la manera en la que se calcula el precio de la bajada de bandera. En ese sentido, Mariños comentó que anteriormente el cálculo se hacía en base al precio de la nafta más barata, en este caso la Súper del Automóvil Club Argentino (ACA), se multiplicaba por 0.06 y eso resultaba en la ficha del reloj. Luego, se vuelve a multiplicar por 20 y el precio final era la bajada de bandera. Ese cálculo luego se modifico y ahora se tiene en cuenta el costo de vida, informado por INDEC, más el costo de la nafta. “Esas dos variantes nos da hoy que la bajada de bandera sea de 28,52 pesos y es lo que se tendrá en cuenta a partir del primero de junio”
En el mismo contexto y ante igual suba de GNC y naftas, Mariños señaló que, al menos en su empresa, existe un porcentaje de autos que utiliza GNC pero actualmente es casi mitad y mitad. “Más allá de que la diferencia en precio es grande, también lo es el rendimiento en kilómetros de cada uno”, explicó el empresario respecto del gas a la nafta. “El tubo no rinde demasiado y entonces no se no se justifica una inversión de 28 mil pesos en un equipo de gas”. Finalmente, y en cuanto a cómo repercute el aumento del servicio en la población, Mariños comentó que siempre se reduce el consumo las primeras dos semanas posteriores a cada aumento en un 15 %, pero luego vuelve a la normalidad. “Pasa lo mismo que con la electricidad o la carne: primero todos se cuidan y luego se acostumbran”, concluyó