“Las escuelas privadas con aranceles simbólicos que cumplen una función social imponderable, no pueden quedar marginadas del beneficio que se caracteriza por garantizar la inclusión social e igualar en la educación. La posibilidad de decir a qué colegios van sus hijos sigue siendo potestad de los padres y una definición desacertada atentaría contra ese derecho”, evaluó Chesini que el año pasado pidió en el Senado precisiones sobre el tema a raíz de la preocupación que le planteó un grupo de padres.
“Conozco colegios con aranceles de cinco pesos y sería una injusticia que ese monto impida un beneficio mayor que no sólo se reduce al dinero que se percibe, que es insuficiente, sino a la garantía de mantener a los niños en el círculo virtuoso de su educación”, aseveró el diputado.
En otro orden, el senador que ha insistido en la necesidad de que el Estado sea implacable en la lucha contra la droga, saludó el lanzamiento de la campaña “entrar en la droga es mucho más fácil que salir” y coincidió con el obispo de Gualeguaychú, Mario Lozano en que “la situación es cada vez más angustiante entre los jóvenes, y que hay cada vez más deserción escolar” por lo que opinó que “las políticas deben ser en un sólo sentido. Si hay un programa para garantizar la inclusión a la escuela, no puede haber indiferencia frente a una de las causas que provoca su abandono”.