Asesinaron a un joven en el Barrio José Hernández

Herido, habría intentado regresar al almacén, propiedad de un policía de apellido Benítez, cuando cayó de bruces en el suelo, y quedó tendido exánime boca abajo.
El Jefe de Policía, Faustino Pereyra, estimó que se trataría de una pistola y no un revolver ya que no se encontraron cápsulas en el lugar. No fue posible en el momento del diálogo precisar el calibre del arma ya que no habían comenzado los peritajes.
Extraoficialmente se supo que “Jaime” tendría por lo menos una bala en la zona abdominal.
Giraud vivía a la vuelta del kiosco, en Velez Sarfield y las vías, junto con su mujer y dos hijos, un varón y una nena. El padrastro del joven asesinado sindicaba a viva voz frente a los policías como culpables del hecho a maleantes que vivirían en la zona del asentamiento Cancha Las Heras. “Acá se pasean con armas en la mano y nadie hace nada”. “El Jaime tenía sus cositas, pero no se metía con nadie”, aclaraba.
No obstante, la Policía seguía la hipótesis de un ajuste de cuentas y estaba tras la pista de otro habitante de la zona involucrado en otro homicidio tiempo atrás.
De acuerdo a testimonios recogidos en el lugar, tres personas estaban esperando a Carlos Giraud.
Momentos de tensión se vivieron minutos después del hecho. La Policía se encontró con severas dificultades para recabar información ya que la mayoría de los vecinos no quería dar datos e incluso el padrastro del joven muerto reprendía a quienes querían colaborar. Sólo cuando llegó la mujer y la suegra del extinto se pudo obtener alguna colaboración. La madre debió ser trasladada al hospital cuando se enteró de la suerte corrida por su hijo. Además, jóvenes allegados al occiso ubicados a media cuadra del lugar amenazaban a viva voz con vengar la muerte de «Jaime».

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