Tal lo adelantado por DIARIOJUNIO y otros medios, los vecinos de Gualeguaychù nucleados en la Asamblea que lucha contra la pastera UPM-Botnia, marcharon al Puente Internacional a manifestar su oposición no solo al aumento de producción sino a la existencia de la misma pastera.
Asimismo, el gobernador Sergio Urribarri anunció que mantendrá este lunes una reunión con el canciller Héctor Timerman con quien abordará el tema de la pastera UPM-Botnia. El mandatario, que irá al encuentro acompañado por legisladores entrerrianos, informará sobre el proyecto de ley que aprobará la legislatura entrerriana solicitando que se acuda a la Haya por el incremento de producción en la pastera que funciona en Uruguay.
DOCUMENTO OPOSITOR TEXTUAL
Con la firma de Dante Caputo, Roberto Garcìa Moritan, Carlos Perez Llna, Jesùs Rodríguez y Beatriz Sarlo entre otros, lanzaron una proclama en la que se oponen al adelanto del gobierno de CFK de volver a La Haya.
La decisión argentina de recurrir otra vez a la CIJ puede interpretarse como un ejemplo de validar el papel del derecho en los asuntos internacionales. Sin embargo, esta perspectiva es inoportuna, limitada y equívoca en este caso.
Es inoportuna pues se da en un contexto regional marcado por renovadas tensiones que pueden afectar los avances asociativos, en particular, en América del Sur. Y también lo es cuando la Argentina afronta muy delicados desafíos externos que demandan un claro orden de prioridades y una ampliación de los apoyos internos y regionales.
La limitación obedece a varios aspectos. Por un lado, y dado que se reconoce que el "problema es político" es paradójico que no se exploren distintos mecanismos de negociación sobre el tema. La negociación existe para tramitar cuestiones intrincadas, no significa concesión y exige mucha paciencia. Por otro lado, resulta sorprendente que se opte por una vía que puede ser muy dilatoria y termine en un tipo de fallo semejante al del pasado. Si esto ocurriese ya no se podrá decir que el fallo de la Corte es salomónico–como de algún modo lo fue en 2010–y se producirá un sentimiento de derrota innecesaria. Por último, es llamativo que se vuelva a solicitar el recurso a la CIJ de manera unilateral; algo que naturalmente le agrega, del otro lado del Río de la Plata, más malestar a la contra-parte. Uruguay ha tenido una tradición de respeto a las normas internacionales. En ese contexto, la negociación y el compromiso entre ambos países, y a pesar de las reales diferencias, debería ser posible.
El equívoco también tiene varias dimensiones. Por una parte, no se justifica la invocación al derecho como una forma de chantaje; esto es, no es pertinente que con la vuelta a la Corte se proclame que ahora se revisarán "todas las políticas de relacionamiento bilateral" y con ello se sugiera, a su turno, potenciales represalias contra Uruguay. Por otra parte, es inquietante que no se pueda "politizar", en el mejor sentido del término, una cuestión en la que está involucrado posiblemente el gobierno uruguayo más próximo a la Argentina en lustros: ¿realmente se quiere una relación inamistosa con Uruguay? Por último, es cuestionable continuar reivindicando, presuntamente, la sensibilidad ambiental internacional del país mediante este tipo de acción cuando en el terreno doméstico los avances en materia ambiental siguen siendo bastante magros: la consistencia fortalecería nuestra posición; la inconsistencia nos seguirá debilitando. Ahora bien, quizás la compleja circunstancia actual es, en realidad, propicia para hacer una sociedad ambiental sostenible con Uruguay con un horizonte de largo plazo; no solo para compartir políticas de protección ambiental sino para elevar la capacidad negociadora individual y conjunta frente a otros actores.
En consecuencia, sería conveniente atenerse al fallo ya emitido, abrir caminos de negociación y hallar una solución política que fortalezca los intereses nacionales. A esta altura de las relaciones argentino-uruguayas es inconcebible que se piense que el tiempo del diálogo está agotado; por el contrario, es el momento de un reforzado impulso a una solución bilateral sensata y efectiva.