El médico pedriatra hizo hincapié en que «nosotros tenemos un gran porcentaje de la facturación de IOSPER y como tenemos que afrontar todos los gastos de sueldos, insumos y todo el funcionamiento de un sanatorio, es imposible financiar con esa deuda pendiente. No nos es posible seguir trabajando y atendiendo a la gente sin poder estar cobrando”.
Arizabalo fue claro en decir que «lo que pretendemos es tratar de cobrar lo que se nos está debiendo. No tenemos ninguna intención en cortar los servicios, lo que pasa es que no podemos atender a la gente porque no tenemos cómo comprar insumos y pagar los sueldos, es decir, todo lo que genera una internación de un paciente”.
Finalmente, el director del Instituto de Pediatría argumentó que «es mucha plata lo que se debe», una suma que les ayudaría mucho en esta situación donde están trabajando en mucho menor de pacientes. “Este panorama nos ha puesto en jaque», culminó.