
El proyecto en cuestión propone deducir en la declaración jurada del cuestionado impuesto, inversiones educativas como materiales, clases de apoyo, clases de idioma, transporte escolar y transporte de pasajeros desde y hacia las instituciones educativas, residencias universitarias, comedores escolares, indumentaria escolar, cuotas de cooperadoras y de las instituciones educativas y matrículas.
“Estoy convencido que la educación no es un gasto, sino una inversión, y esta iniciativa es coherente, ya que hay muchas familias que destinan buena parte de sus ingresos a la educación de sus hijos, y esto a mediano plazo redunda en beneficios para el Estado porque está comprobado que a medida que una persona se capacita más, también tributa más. Es decir, que más educación hoy significa más recaudación impositiva mañana”, fundamentó Bagnat.