La declaración de Basterra ( en el Juicio real ) fue la más larga y es quién acercó fotografías identificando a los principales represores, como asimismo, desgarradoras imágenes de prisioneros en situación de “chupados” en ese trágico lugar. Entre ellas la de nuestro copoblano Enrique Ardeti, quien luego fue desaparecido. Cabe agregar, que es muy triste lo que supimos después. Una de las formas de eliminación física de los prisioneros era a través de los vuelos de la muerte.
No me detendré en detallar las torturas a las que fue sometido Víctor Basterra. Lo cierto es que hasta los últimos días de su vida soportó terribles dolores en su espalda, producto de las golpeaduras y pisotones que los “imnombrables” ( así los llamaba ) le realizaron. Su columna estaba literalmente quebrada.
Estando secuestrado en la ESMA lo obligaron a realizar tareas como mano de obra esclava, una de ellas era hacer documentación falsa para la patota de la marina, documentos que utilizaban cuando salían a secuestrar y matar. Víctor era obrero gráfico calificado, especializado en valores bancarios, además de fotógrafo. Es por ello que lo obligaron a realizar este “trabajo” sucio. Su dignidad, aún en los límites del aplastamiento de la condición humana no pudo ser avasallada y encontró un resquicio. Con riesgo de vida y en total soledad, escondió negativos de fotografías, los que posteriormente, y en forma gradual fue sacando de su lugar de cautiverio.
Sin dudas una osadía heroica y casi suicida. Esto no puede ser puesto en dudas y creo, en la película, tal como dije al principio, no está claro. Está claro si, que “Argentina 1985”, no es la historia de este singular y para mí, admirado y querido compañero, simplemente digo que los pocos segundos que le dedica la película lo deja casi como un colaborador de la dictadura. En el Juicio real, la defensa de los militares lo atacó duramente intentando desacreditar sus pruebas y su persona; esto de algún modo esta expresado en la película, pero, según mi entender, para los que no conocen su historia, la interpretación puede ser injusta. Este pasaje pareciera estar dedicada a un “dudoso secuestrado – empleado de la ESMA” y no a alguien que se jugó la vida y un poco más. Aún en democracia, este testigo, estuvo bajo vigilancia y su familia amenazada de muerte. Por eso reitero, me pareció injusta su recreación.
Jorge Luis Borges (el escritor) concurrió a presenciar el Juicio a las Juntas coincidiendo con la declaración de Basterra. Luego explicó que tuvo que retirarse frente al espanto que le provocó escuchar tanta crueldad y cinismo, denunciada por la voz grave y sincera de este obrero gráfico peronista, delegado de la Federación Gráfica Bonaerense de Raimundo Ongaro.
Para finalizar diré que en términos estrictamente históricos es más que valorable y trascendente lo realizado por los Fiscales Strassera, Moreno Ocampo y sus equipos de trabajo. Este hecho ( el Juicio a las Juntas Militares) significó un antes y un después en la Historia de los Derechos Humanos y la Democracia en la argentina. La película lo refleja muy bien.
También entiendo que si en esta historia hay héroes, sin lugar a dudas, a ese lugar lo deben ocupar los testigos. Es decir; las victimas sobrevivientes del genocidio que se animaron a declarar en el Juicio. Los que aún, con las heridas sangrantes y la amenaza cierta que el poder militar volviera a repetir las circunstancias denunciadas: secuestros, violaciones y asesinatos, se jugaron el pellejo en grado heroico, y hablaron. Contaron a los Jueces y a la posteridad el espanto vivido. Gracias a ellos nuestro país, en esa temprana democracia, pudo vislumbrar algo de lo que había estado oculto y silenciado y algunas condenas, solo algunas, llegaron.