Área Paraná: reconstruyen el funcionamiento de la Policía Federal en la dictadura

Dos expolicías federales declararon este martes por la tarde como testigos en una nueva audiencia del plenario por la megacausa Área Paraná, en la que se investigan delitos de lesa humanidad cometidos en la región durante la última dictadura cívico-militar. Con estos testimonios, el juez federal Leandro Ríos sumó nuevos datos sobre el rol que desempeñó la delegación local de esa fuerza de seguridad en el entramado represivo.

Ricardo José MaríaMilitello y Hasín Rubén Mísere recordaron a Cosme Ignacio Marino Demonte, uno de los imputados en la causa, y dijeron que se desempeñaba en la oficina de Inteligencia o de Informaciones y poseía algún poder de decisión en la delegación.

En primer turno prestó testimonio Militello, un hombre que prestó servicios durante la dictadura como agente en la Radioestación de la Policía Federal y que dijo tener “la conciencia tranquila”. En esa oficina –contó– se recibían radiogramas desde Buenos Aires que contenían extensos listados de personas “a disposición del PEN (Poder Ejecutivo Nacional)”, es decir, de probables víctimas de detenciones ilegales. También recibían mensajes encriptados, que solamente los policías de Inteligencia eran capaces de descifrar.

“Se comunicaban de Buenos Aires, de la Dirección General del Interior, y daban las listas del PEN; nombres de gente que no conocíamos. Creo que eran personas con hábeas corpus. Los copiábamos a máquina y se lo pasábamos al oficial de guardia, que se los llevaba enseguida al comisario”, recordó el testigo.

“Eran miles de nombres, a veces estábamos diez horas recibiendo. Todas esas listas no venían inútilmente, venían para ser utilizadas si andaban buscando a alguien”, agregó. “A veces autorizaban algún traslado de detenidos”, resaltó.

También contó que los “informes codificados” que recibía los decodificaban Demonte y el ya fallecido Osvaldo Conde, mediante unos aparatos especiales. Demonte está acusado de formar parte de los grupos de tareas que efectuaron los secuestros y desapariciones de Pedro Sobko y Victorio Erbetta.

Si bien dijo que el personal de la Radioestación se encontraba prácticamente aislado, con la puerta de la habitación –en la planta alta– cerrada todo el tiempo debido a los ruidos que hacían los equipos, dio algunos datos sobre el funcionamiento de la delegación en épocas en que el jefe era el comisario José Faustino Fernández, ya fallecido. En ese sentido, indicó que en el primer piso funcionaba Inteligencia, en un área de acceso restringido, y quienes allí trabajaban ingresaban por atrás.

Sobre Demonte, señaló que “era quien secundaba al comisario Fernández” y que ambos “organizaban todos los servicios, tanto internos como externos” y decidían quiénes debían realizar cada tarea.

Finalmente, señaló que autoridades del Ejército iban habitualmente a reunirse con sus pares de la Federal en la sede de la actual avenida Alameda de la Federación.

Por su parte, Mísere relató que se durante los primeros años de la dictadura fue asignado a la custodia de la residencia de calle Mitre que tenía a su disposición el jefe de la Policía Federal local. Recordó que en ese lugar se hacían reuniones mensuales a las que concurrían jefes de distintas fuerzas; mencionó a Ejército, Fuerza Aérea y Prefectura, además de la PF, lo que da la pauta de la coordinación represiva que regía en aquella época.

Este testigo también recordó a Demonte; señaló que fue jefe de Guardia y miembro de la “oficina de Informaciones”, desde donde “mandaban información a Buenos Aires”.

Tanto Militello como Mísere fueron convocados por el juez para que ratificaran las declaraciones que prestaron en 1986 ante un juez de instrucción militar. Ambos dijeron desconocer por qué fueron llamados a testimoniar en aquella oportunidad y por qué les preguntaron por el desaparecido Erbetta, a quien dijeron no conocer.

 

Alfredo Hoffman/ UNO

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