Inspectores del Ministerio de Trabajo informaron que las inspecciones fueron llevadas a cabo gracias a las denuncias realizadas por el Sindicato Obrero de la Fruta. Además, indicaron que luego de constatar la minoridad de los trabajadores, se labraron actas de infracción directa a los propietarios por emplear menores de edad en sus establecimientos. Los niños quedaron a cargo del personal del Copnaf, quienes llevaron a los menores hasta el hogar del Consejo para ser entregados a sus padres.
“Siempre estoy recalcando que viene mucha gente. Lamentablemente no damos abasto para llegar a todos lados pero día a día vamos encontrando dos, tres, cuatro, seis, diez menores”, indicó Camejo. Hasta la semana pasada, desde el sindicato verificaron la presencia de 28 menores en quintas de arándanos.
“Ojalá que alguien le cobre la multas a estos negreros”, indicó el gremialista. “Hay muchos, algunos apañados por alguna persona; algún poder”, acotó. El contratista que, según Camejo, había traído a los menores es de apellido Giorgio. “Ya el año pasado lo habíamos detectado con 40 o 50 trabajadores que los traen de Corrientes, de Misiones”, dijo. Según explicó, si a los jornaleros no les gusta la forma de trabajar o el pago “los deja a la deriva”. Los encontraron en una quinta cerca de Villa Adela. “Los hemos auxiliado con comida y le hemos tratado de conseguir trabajo para que ganen un mango para poder volver”, expresó.
El sindicalista pidió a la Justicia que actué en referencia al contratista. “Tienen que tomar cartas en el asunto y a este personaje llamarlo a la orden y encaminarlo. No puede traer gente de otra provincia y dejarla abandonada acá en Concordia”, indicó.
Más adelante, Camejo reiteró que los fiscales deberían intervenir de oficio. “Por lo menos detenerlo o citarlo para aunque sea molestarlo para que vaya a declarar al juzgado”, indicó.
Incluso, el gremialista señaló que al único que citó la Justicia fue a él. “Hace dos o tres años se habían perdido algunos menores que habían venido de Santiago del Estero y otro que le habían sacado el documento y lo tenían en una finca privado de la libertad. Me llamaron a mí para saber si yo sabía si era verdad o no”, mencionó.
Se encontraron trabajadores sin registrar y condiciones de precariedad laboral, por lo que se realizaron tres suspensiones de viviendas y se labraron actas de infracción directa al detectarse familias enteras viviendo en condiciones de hacinamiento y malas condiciones de seguridad e higiene. Los inspectores del Ministerio de Trabajo notificaron que en ellas vivían familias enteras, incluyendo bebés, niños y adolescentes, las cuales se habían trasladado desde las provincias de Corrientes, Chaco y Santiago del Estero; como así también desde el vecino país de Bolivia.
Al constatar que los trabajadores y sus familias no contaban con cocina adecuada ni con los elementos de protección personal necesarios, sumando la falta de matafuegos y fundamentalmente, la ausencia de una Aseguradora de Riesgos de Trabajo (ART), inspectores de higiene y seguridad dialogaron con los encargados de los establecimientos con el objetivo de asesorarlos acerca de la necesidad de mejorar la situación para poder brindar a los trabajadores condiciones laborales dignas y seguras.
Por su parte, el ministro de Trabajo, Guillermo Smaldone dijo «se trata de una situación grave debido a que los 11 niños trabajadores de entre 14 y 16 años, manifestaron además no concurrir a ningún establecimiento educativo, y de los siete adolescentes que se detectaron trabajando, 5 de ellos no tenían autorización para trabajar, y tampoco concurrían a la escuela»
Preocupado por los casos de niños trabajadores detectados, Smaldone manifestó: “nos da mucha pena este tipo de noticias, el trabajo infantil y adolescente profundiza la desigualdad social y perpetúa el círculo vicioso de la pobreza; los niños que trabajan llegan a la edad adulta sin la preparación necesaria para acceder a ocupaciones calificadas, circunstancia que les impide modificar su situación de precariedad” dijo.
Más adelante agregó: “los niños trabajadores se ven imposibilitados de ir a la escuela, o limitados en el rendimiento escolar. El 85 por ciento de los niños que trabajan sufren de dos a tres años de retraso escolar y están en grave riesgo de abandonar la escuela, de hecho, tres de cada cuatro niños trabajadores abandonan los estudios”.