Pero a la par de las sanciones, también se prevé que exista un sistema de premios. Y ese camino se fomentará mediante la aplicación de la denominada figura del “conductor designado”.
Cístola admite que se trata de un mecanismo “novedoso” a través del cual se pretende “instar a la toma de conciencia con un compromiso colectivo. En el problema del alcohol al volante hay muchos actores que participan, no sólo el que maneja. Está también el dueño del negocio que expende alcohol, y los que los acompañan en las salidas”.
Entonces, el proyecto que se tratará en la sesión del Concejo apunta a dar forma al “conductor designado”, que será la persona nominada por el grupo para no tomar alcohol, y por ende, a cargo de la conducción del vehículo. Y cumplir esa tarea, tendrá sus recompensas, beneficios que también alcanzarán a los negocios que se sumen al programa, ya que tendrán la misión de velar para que esa persona no ingiera bebidas alcohólicas.
“Las recompensas, que alcanzarán a todos los actores que participen del programa y que deberá quedar a cargo del Ejecutivo cuando se reglamente la ordenanza, tiene una razón. El hombre aprende de dos formas, mediante el sistema de premios o de castigos. Todas las normas existentes enseñan a través del castigo, mediante la imposición de sanciones. Y nosotros queremos hacerlo de otra manera, a través del premio”, dice Cístola.
Cómo funciona
Los premios serán para el “conductor designado”, y para el comercio que vele por la no ingesta de alcohol por parte de esa persona. Unos a través de descuentos en determinados negocios, otros a partir de exenciones impositivas, evalúa la titular del Concejo Deliberante de Victoria. “Pero eso será tarea del Ejecutivo. No quise legislarlo”, agrega la autora de la iniciativa.
En los fundamentos, plantea que “la conducción de vehículos en estado de ebriedad es un problema grave que debe ser abordado por todos los actores sociales de nuestra comunidad”. A su criterio, “la ingesta de bebidas alcohólicas produce una disminución de los reflejos y la coordinación psicomotriz, necesarias para la conducción de vehículos”, y añade que hay experiencias de ese estilo en México, Costa Rica y Estados Unidos.
El abecé del proyecto establece que la figura del “conductor designado” se implementará en un grupo de personas que se movilicen en un vehículo, “las cuales deberán, al ingresar a un comercio que expenda bebidas alcohólicas, manifestar a los encargados su intención de participar del programa. Para ello, el establecimiento mencionado deberá, a su vez, ser adherente de este programa. Dicho grupo de personas deberán proponer a uno de sus miembros como conductor designado”.
Quien asuma esa tarea asumirá el compromiso de no ingerir bebidas alcohólicas, plantea el proyecto, compromiso que “se demostrará mediante las pruebas de alcoholemia que podrá implementar cada negocio, para lo cual contará con el asesoramiento y colaboración del Municipio y de organizaciones que participen en el programa. Dichas pruebas se realizarán cuando el inscripto como conductor designado abandone el local”. La iniciativa agrega que en caso en que el conductor no cumpla con su compromiso de no ingerir alcohol, el comerciante podrá proponerle que deje el automóvil en la cochera del local en forma gratuita y lo retire al otro día.