(Ampliado a las 14.30) Los primeros en presta declaración fueron los imputados, consecuentemente ambos policías hicieron uso de su derecho de abstenerse a hacer declaraciones, tras lo que se dio paso a los testigos; quienes juraron decir dolo la verdad y toda la verdad de lo que vieron en la noche del 19 de junio del año pasado.
Antes que pasara el testigo-victima José Luis Benítez, el Fiscal Aníbal Lafourcade solicitó a la jueza que los imputados permanecieran en los asientos de la última fila para que los testigos no se vieran amenazados por su presencia, teniendo en cuenta la autoridad que los acusados aún tienen por ser policías, y por el tipo de delito del que se los acusa, los abogados de la defensa se opusieron al pedido y alegaron que la medida solicitada por el fiscal era una forma de empañar el derecho de defensa de los imputados. Gallo, resolvió enviarlos al fondo de la sala y los defensores hicieron reserva de apelar la medida.
De todas formas, en una suerte de rutina del bueno y el malo, los abogados de la defensa se lanzaron a interrogar a los testigos buscando todo tipo de artilugios para lograr quebrar a los testigos. La técnica básica era la de manejar un vocabulario que el testigo difícilmente pudiera entender, sumado a comparar la declaración con otra declaración que al parecer el testigo hubiera efectuado en sede policial o en tribunales el año pasado, haciéndole creer que esa contradicción podría llevarlo a la cárcel por falso testimonio.
En este aspecto, es fundamental aclarar que esto no es así, ya que actual código de procedimientos privilegia la prueba producida en el juicio, y de hecho, las exposiciones o denuncias hechas en la oportunidad no pueden ser comparadas con las declaraciones de testigos, no puede derribarse un testimonio porque no coincida con lo que dijo el año anterior, como ocurría en el antiguo sistema.
En tres oportunidades, la Jueza Silvina Gallo se vio obligada a frenar al defensor de Mariano Jesús Moreno, Leandro Williman, y señalarle que sus preguntas eran capciosas, confusas y que partían de premisas falsas.
Todo parecía valer para este abogado, que -vale aclarar en su defensa- no es conocido en el fuero penal, y posiblemente no conozca los alcances de la reforma del código procesal penal.
Pero en sí, lo que podía leerse de esta actitud, era sin dudas, una estrategia basada en voltear testimonios. Ambos abogados, muy a contramano de lo que exige este código de procedimientos, y de lo haría cualquier defensor consiente de la inocencia de su defendido, se dedicaron por todas las técnicas posibles, a quebrar a los testigos, atemorizarlos. mientras Briceño preguntaba, Williman sonreía, gesticulaba, y le señalaba a los testigos unos papeles en el que aducía tener “el expediente”.
Pero las causas en este sistema no tienen expedientes, porque las pruebas se producen en el juicio, lo que hay es un legajo, muy escueto, las audiencias previas están gravadas en un CD, y es casi lo único que hay en ese legajo. Y el destino de los dos policías, dependerá de lo que se ventile entre hoy y mañana en esa sala.
Testimonios
De los cinco testigos que declararon antes del cuarto intermedio, 4 fueron contundentemente favorables a la fiscalía, y solo una, que ya había declarado también en favor de la fiscalía, fue desacreditada. Se trata de la vecina más próxima a la vivienda de los Benítez, quien declaró que había ido a ver al hospital a las dos víctimas al día siguiente y que los vio lesionados. Briceño la acusó de falso testimonio y pidió al tribunal la inmediata detención. La mujer se asustó y automáticamente comenzó a desmentirse. En un punto de la declaración pareciera que la testigo estaría dispuesta a decir lo que fuera necesario con tal de no ir presa por falso testimonio.
Luego de hablar directamente con la testigo y poner las cosas en su lugar, la Jueza Gallo entendió que la testigo no había mentido, sino que había declarado algo que no había visto, sino que le habían contado, que se reducía a decir que Juan José Benítez estaba lesionado, porque este le había manifestado que le dolían las costillas y porque lo vió manchado de rojo, que luego reparó que pudo haber sido barro colorado en vez de sangre lo que vió.
Respecto a los otros cuatro testigos, y los tres que declararon tras el cuarto intermedio, todos coincidieron en que la noche del 19 de junio del año pasado, Víctor y Juan José Benítez festejaban el día del padre en la casa de Víctor, que habían tomado y que escuchaban música, pero que no molestaban a nadie (textual), y que cerca de las 23.00, irrumpieron en la finca dos policías. Algunos los identificaron, otros solo identificaron a uno de los dos, pero en el conjunto, convergen en que esos dos policías eran Zarate y Moreno. Que los mismos, ingresaron efectuando disparos de arma de fuego y que se llevaron a los dos Benítez esposados, a modo de tortura ambos esposados con un solo juego de esposas, de modo que si uno se caía el otro también, y que mientras iban caminando los golpeaban. “le pegaban patadas y le pegaban con la mano”.
La realidad relatada por los vecinos va más allá del hecho en particular, y desnuda como las casillas no son tratadas como domicilio.
El Machete
Durante los interrogatorios, uno de los elementos que la defensa trató de ventilar, era la presunta existencia de un machete en el domicilio de Benítez. En rigor, ninguno de los testigos pudo constatarlo, aunque tres de ellos refirieron que Víctor Benítez se había lesionado días antes del hecho, pelando palos con un machete en el monte, nadie pudo precisar si Benítez tenía el machete en su casa y mucho menos si lo tenía a mano la noche del 19 de junio de 2010.
El testigo Benítez, estaba citado a declarar, pero según precisó el fiscal apenas ayer fue notificado del juicio, ya que está viviendo en la provincia de misiones, por lo que se espera que llegue para este viernes, o se solicitará que se dicte otro cuarto intermedio.
Froidevaux en el juicio
En diálogo con DIARIOJUNIO, el delgado local de Derechos Humanos Ruben Bonelli, quien asistió al debate, confirmó que en la jornada de mañana estaría presente el subsecretario de derechos humanos de la provincia, y activo militante de la agrupación H.I.J.O.S, Julian Froidevaux.
