En la década del 90 se desreguló la venta de medicamentos, y los de venta libre pueden encontrarse en cualquier kiosco. “En los kioscos no hay quien controle la calidad del producto en el sentido de que un kiosquero puede estar comprando un medicamento original de laboratorio o uno trucho sin saberlo, obviamente no es su ámbito”, expresó Grand.
El tesorero señaló que en los kioscos “es más fácil encontrar” medicamentos falsificados porque “no hay quien sepa de medicamentos”. En consecuencia, “es más fácil venderlos a través de kioscos”.
Los medicamentos de venta libre son “aquellos que presentan un grado de seguridad mayor que un medicamento bajo receta y son para patologías leves: aspirinas, algún jarabe hecho a base hierbas naturales”. Si bien representan un riesgo menor para la salud, si se administran en forma superior a las terapéuticas puede producir un efecto tóxico.
No sólo se apunta a preservar la calidad del producto sino que además se necesita que un médico le diga a cada paciente como lo debe consumir. “Los medicamentos se deben tomar como los describe el médico cada determinada hora para que tenga un nivel en sangre que no sea tóxico y, a la vez, sea eficaz para la absorción”, expresó.
Grand también señaló que, por comentarios, sabe que en muchos kioscos se venden medicamentos bajo receta. “Podés encontrar amoxicilina, es decir antibióticos en comprimidos y se ha visto hasta inyectables; antiespasmódicos, etc.”. Además, señaló que los medicamentos que deben ser almacenados en frío no pueden ser vendidos en kioscos. “Encontrar un medicamento que lleve cadena de frío en un kiosco sería ilegal”, expresó.
“Todo se degenera: si podés adquirir un medicamento de venta libre, seguramente vas a acceder a un medicamento de venta bajo receta. Pero sería una degeneración total”, expresó.