La cosecha de arándanos comenzó en Argentina atravesada por las particularidades que este año impuso la pandemia de Covid-19 en todo el mundo. En la Mesopotamia argentina, inició la temporada de recolección de la fruta con el foco puesto en garantizar la bioseguridad tanto del personal como del producto.
En ese sentido, la Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia Argentina (APAMA) elaboró para esta cosecha un protocolo especial para tareas de campo y empaque que cuenta con el aval del Centro Stamboulian de Argentina, especialista en infectología.
“La prioridad este año es tomar todos los recaudos necesarios y más para asegurar la bioseguridad tanto de nuestro personal de campo y empaque como de la fruta en sí misma. Desde hace meses comenzamos a elaborar el protocolo junto a nuestros socios, nos contactamos con el Centro Stamboulian para que nos certifiquen las prácticas y hemos obtenido el aval de este protocolo que ya está en acción”, explicó Pannunzio.
Entre las normativas que se indican en el protocolo, se establecen las medidas de protección respiratoria, el transporte del personal local, la desinfección de las unidades y la distribución del personal en los campos.
En el caso del transporte, por ejemplo, el protocolo establece que los colectivos que llevan personal podrán ocuparse al 100% de su capacidad de asientos y que no podrá viajar ningún trabajador parado; el vehículo deberá tener a disposición un atomizador con alcohol al 70%; cada persona deberá desinfectar sus manos al subir al colectivo y antes de descender; se deberá mantener el colectivo ventilado durante el traslado y no debe detenerse a comprar comida o bebida en ningún sitio. Durante todo el viaje, los ocupantes deberán mantener colocado correctamente el barbijo o tapaboca y no deberán llevarse la mano a la cara. Si necesitan hacerlo, previamente deberán lavarse las manos con alcohol en gel. Además, no se permitirá la ingesta de bebidas ni alimentos durante el viaje.