El director de Desarrollo explicó que posiblemente los números del INDEC resulten porque en Concordia hay pocos empelados públicos y es una ciudad que vive netamente del trabajo informal. “La pobreza es de siempre, no de ahora y nos caracterizamos por el empleo informal”, aseguró. “En el barrio que vivo hago números y es simple: el 20 por ciento es arandanero, otro 15 es albañil sin papeles y otro resto trabaja en metalúrgica pero en negro: ahí tenés un 70 por ciento de vecinos que son informales” De todas maneras, indicó que la situación es alarmante porque ahora directamente bajó la posibilidad de hacer changas y por ello van en busca del asistencialismo. “La gente que queda sin changas directamente queda sin comer”
Respecto justamente al trabajo asistencial que se realiza en los barrios, Rodríguez negó rotundamente el clásico comentario del acostumbramiento a la ayuda social: “Al verso del asistencialismo no me lo creo más”, repudió. “La mayoría de la gente no tiene nada y te pide todo el tiempo una changa como pintar tu casa, lavar el auto, lo que sea y yo creo que si a esa gente le das un trabajo lo agarra y sabe lo que tiene que hacer. No me vengan más con el verso del asistencialismo poruqe es muy fácil hablar desde atrás de un escritiorio y cobrando un sueldo”.
Del mismo modo, el funcionario repitió que hace más de 10 años que está en esto y remarcó que la problemática que se vive hoy es extrema. “No es culpa del municipio ni de provincia, porque es una cuestión de desempleo. En Paraná se siente la pobreza, pero no como acá porque el 80% es empleado público contra un 9 % de Concordia”. A consecuencia, remarcó que la gente que se queda sin changas, queda sin comer y lo primero que hace es llegar a desarrollo social. “Tengo un mapa de la ciudad, de los barrios más necesitados, lo vivo a diario, lo monitoreo constantemente y se hace un trabajo muy profundos y a conciencia de repartición de la ayuda porque no sobra nada: Antes, una bolsa de alimentos era una ayudita, ahora es un tesoro”
Del mismo modo, aseguró que prácticamente se cortó la asistencia y al que tiene un pequeño ingreso, aunque sea mínimo, lamentablemente no lo pueden ayudar salvo que tenga discapacidad o problemas de salud mental. “Si ayudamos a los que tienen ingresos, aunque sean muy chicos, no llegamos a los que no tienen nada y por eso tengo que dejar de asistirlo”, lamentó y agregó que en la gestión anterior iba gente con pequeños rebusques a pedir ayuda como abrigo, ropa, un colchón, etc, “ahora vienen porque directamente no tienen para comer” y lamentablemente lo está afrontando el estado municipal porque la coparticipación nacional no llega más. “Antes nos dábamos el gusto de comprar zapatillas, frazadas, ropa…ahora solo se compra comida y la orden del intendente es hacer la repartija, solo de alimentos y de la manera más amplia posible”
