A su vez, el mundo fue avanzando en materia de derechos sociales, así cada vez se hizo más universal la idea que el acceso a la información es un derecho humano fundamental y no una simple mercancía y que la libertad de expresión es un derecho inalienable.
Como muchas otras veces en la historia de la humanidad, el capital y el dinero le encontraron la vuelta para que estos nuevos derechos no hagan agua sus negocios.
La desmesura de la Cadena Fox contra el presidente Obama ; el de la Red O’Globo con el PT de Lula y Dilma o el caso de Argentina, por solo citar poquitos ejemplos, son presentados como el derecho de los medios a expresarse libremente y a ejercer el derecho de informar.
Habría que pensar porqué ese encono está dirigido contra presidentes que intentan políticas públicas a favor de las mayorías que, como en el caso de Obama, se inició luego que pretendió un sistema de salud un tanto más justo pero que, sin dudas afectaba grandes intereses económicos de las empresas vinculadas al millonario negocio de la salud.
Es que, desde los 90 hasta aquí han ocurrido cosas que transformaron el mundo. La caída del muro de Berlín ; la unipolaridad ; la irrupción ya de manera definitiva de Internet en la vida cotidiana de los ciudadanos del mundo y la mundialización del capital, por señalar algunas.
Así, en la era de la comunicación, los multimillonarios del mundo y los grupos económicos más grandes, vieron en los medios de comunicación un elemento central para sus intereses que, a diferencia de antaño estaban mucho más diversificados. Es decir, tenían huevos puestos en todos o casi todos los nidos.
Desde ese momento, comenzamos a observar como los medios comenzaban a cambiar de dueños en casi todo el mundo, del mismo modo que algunos gobiernos sobretodo los más jugados en lo que a políticas públicas se refiere, empezaron a ver este proceso con preocupación y actuaron en consecuencia. Así es como nace la cadena TeleSur o el impulso de la ley de medios en Argentina y en varios otros países.
LOS POLITICOS Y DIRIGENTES, COMO ARIETES O VICTIMAS
Desde que los medios dejaron de ser empresas periodísticas para transformarse en grupos de poder económico con intereses diversificados, la pluma y la palabra comenzó a estar al servicio ya no de la verdad o de la información, sino de esos intereses, a veces logran disimular el rol, ya cada vez menos.
Este elemento surgió casi coetáneamente con otro, que es el desprestigio mayúsculo quealcanzó la política en los años 90, en la que, lo único que aparecía en el debate era cuánta plata se había robado fulano ; que negocios había hecho mengano con bienes del Estado. O sea, política como sinónimo de porquería y transa.
Así fue hasta esta década en la que los pueblos se dieron gobiernos diferentes e impensados en otros tiempos. Quien podría pensar que un indio iba a gobernar Bolivia, o un obrero Brasil o una mujer Argentina o un tupamaro Uruguay. Así, estos nuevos gobiernos latinoamericanos entendieron cómo era en realidad la nueva situación y comenzaron a actuar en consecuencia.
Todo comenzó con el triunfo de Hugo Chávez en Venezuela pero continuó con otros en Brasil, Argentina, Bolivia, Uruguay, Ecuador… Todos ellos, intentaron políticas públicas a favor de las mayorías y por tanto, atentando con los negocios escandalosos de los que siempre se sintieron dueños de esos países.
A partir de ahí comenzamos a observar ya no, crítica mediática, sino virulencia impune como nunca antes. Es que los medios debieron salir a jugar de opositores ya que los partidos tradicionales se habían quedado en los 90, no generaban ningún entusiasmo social, más bien todo lo contrario, eran la imagen del desprestigio.
La democracia, se sabe, funciona a través de partidos políticos pero si estos están desprestigiados socialmente carecen de fuerza y por tanto, frente a gobiernos que logran apoyos populares masivos, no pueden hacer mucho, salvo que aparezcan todos los días en los medios masivos de comunicación.
De este modo es que fueron cooptados por estos medios que comenzaron a utilizarlos como arietes de sus intereses.
Si no cumplen con eficiencia, reciben la andanada como la de ayer de Jorge Lanata que, desbocado dijo “toda la oposición junta no es capaz de llenar ni un balde de bosta” ; “toda la oposición no sirve absolutamente para nada” y remató “Binner, Cobos, Macri, Massa…no sirven para una mierda”.
En qué momento decía esto, en el mismo que el titular del AFSCA Martín Sabbatella anunciaba que ese organismo iba a actuar de oficio para que por fin, y luego de 5 años, Clarín cumpla con la Ley de Medios. El multimedios y sus plumas y voces staban re-locos para decirlo en criollo. Todo el día de ayer y de hoy.
Cualquiera podría pensar que, luego de esas palabras, los dirigentes mencionados intentarían al menos poner coto a esas expresiones altamente ofensivas y dirigidas a personas con nombre y apellido. Lejos de eso, los nombrados se mostraron ante Lanata como pollos mojados.
Como puede pensarse que logarían un mínimo de respeto ante cualquier ciudadano mínimamente informado, imposible. Ese es el gran talón de Aquiles de quienes quieren que el kirchnerismo se esfume, desaparezca. Y lo que es así acá, lo es del mismo modo en Brasil donde los medios jugaron con todo a pulverizar al PT de Dilma ; lo fue antes en Venezuela, en fin, un calco.
EL NEGOCIO DE LA INFORMACION COMO PANTALLA
Desde la irrupción de la mundialización del capital, de Internet y de los nuevos derechos sociales, el capitalismo le encontró la vuelta para no ser afectado en sus intereses.
Solo a efectos de comprender que significa esto. Por ejemplo durante el conflicto de la Resolución 125 que enfrentó al gobierno con las patronales agropecuarias, los multimedios Clarín y Nación jugaron a fondo a favor del llamado “campo” y lo hicieron de un modo brutal, perdiendo todo estilo y quedando expuesto. ¿Por qué?
Simple, ambos medios comparten un millonario negocio anual que es la Expo-Agro.
Un caso similar ocurrió con la re estatización de las AFJP donde el gobierno no solo les birló un negocio multimillonario a bancos y empresas, sino que descubrió los negocios de Clarín con esas aseguradoras de fondos de pensión.
Lo que explica la virulencia de Clarín y Nación con Amado Boudou por ejemplo es que fue este el que organizó y propuso la reestatización.
Sin entrar en detalles sobre los delitos de los que se lo acusa al Vicepresidente, a ningún argentino se le puede escapar que si Boudou le hizo algún daño al país, ese daño no puede ser mayor que el que le hizo Domingo Cavallo y sin embargo a Cavallo los mismos medios qua atacan de modo virulento a Boudou no solo defienden a Cavallo ahora, sino que lo defendían en tiempos en que la sociedad toda había sido robada por él y por sus amigos, los dueños de los bancos.
Como dato final vale decir que, si hay algo que debe acompañar la credibilidad de los medios es por ejemplo saber quien es el dueño de tal o cual.
Bien a pesar de esto, en la Argentina nadie sabe quienes son los verdaderos dueños del diario más “prestigioso” del país, si lo que se juzga es la cantidad de tiempo que lleva intercambiando con sus lectores y audiencias.
La referencia es para el diario La Nación. Los hermanos Saguier aparecen con la propiedad accionaria del 66% ; Bartolomé Mitre, el dueño inicial quedó solo con un 10% y ‘otros’ 24%.
En el 2003, versiones periodísticas indicaban que los dueños de La Nación eran los titulares de la banca off shore Barton Corp.
A pesar de tamaña información y de los años en que pasaron tras ser difundida, la empresa La Nación no ha fijado posición al respecto.
El debate queda abierto, queda invitado.