Vale recordar que, en el accidente, que se cobró la vida de la mujer de 32 años, el conductor del auto, un Ford Ka, primeramente, hizo abandono del lugar del impacto. Y luego se entregó, en horas de la siesta de la misma jornada.
“Esta es la segunda marcha que hacemos. No tenemos tiempo ni siquiera para llorar a mi sobrina. ¿Con que necesidad tenemos que hacer esto para que los jueces nos escuchen? Ellos, como ley de esta tierra, tienen que hacer Justicia. A mi sobrina la mataron como a un perro y la dejó tirada. El señor se fue a su casa, no estaba en estado de shock, la persona fue bien consciente de lo que hizo. Seguramente estaba alcoholizado, eso se va a ver en las pericias, se fue a su casa y a las tres de la tarde viene y se entrega”, dijo la tía de la víctima.
La mujer reclamó un gesto de parte del conductor que demostraba que tenía “corazón” como quedarse al lado de la víctima a socorrerla o llamar a una ambulancia. O si hubiese formulado una disculpa en las redes sociales a los familiares. “Pero no hizo nada. Es de corazón frío. Mi sobrina tenía cinco hijos y era sostén con la AUH (Asignación Universal por Hijo) porque no tenía marido. Era solita, no tenía marido, pero era una buena madre. Acá, en esta marcha, hay dos de las criaturas y no quisimos traer a las otras criaturas porque una ya está con problemas psicológicos. Y esta nena llora; tiene una foto de la madre y no sabe lo que está pasando”, indicó.
Respecto del accidente en sí, la mujer dijo que esperan las pericias para conocer a ciencia cierta a qué velocidad circulaba. Pero dio por descontado que venía fuertísimo dado la existencia de un video que se publicaron en las redes sociales. “Ellos venían bien, ella tuvo el golpe. O sea que la moto ya iba pasando y el la ‘caza´ en la mitad de la calle a ella. Al pibe lo arrastró contra el paredón; a ella la hace volar, le pega la cabeza contra el paredón y la tira arriba de la calle”, sostuvo.
También había familiares de Jonathan Burgos, un joven de 24 años, que perdió la vida en marzo de 2017 cuando iba a esperar el colectivo en calle Lieberman e Isthilart en el barrio Parque. Eran las 11.40 del martes. Dos delincuentes que se trasladaban en bicicleta y armados se le acercaron y lo balearon en el abdomen.
De la misma forma, marchaban allegados a Sebastián Briozzi, el joven de 20 años que fuera asesinado de un disparo en la nunca, en la madrugada del 25 de septiembre del 2016, en calles Quintana y San Luis. Por ese hecho, el sub oficial de la policía de Entre Ríos, Sergio Acosta, fue condenado a 18 años de prisión.
De la marcha participaban familiares de Franco Sosa, un adolescente de 17 años que falleció el domingo 30 de septiembre del año pasado en el km 8,5 de la ruta nacional 015 cuando, por causa que aún se investigan, la camioneta RAM Dodge de Carlos Augusto Negri impactó en la parte trasera de la moto Gilera Smash, 110 c.c. que, conducía la víctima junto con otro joven que debió ser hospitalizado.
