El negocio de la timba financiera en estos últimos meses no tiene antecedentes. En la semana anterior se pagaron intereses por un monto similar al presupuesto anual proyectado para Cultura.
Los meses por venir serán peores, alta inflación, mayor desocupación, baja de salarios y altas tasas de interés, todo lo contrario, a un proyecto productivo de un país que tiene el 75% de su PBI relacionado al mercado interno.
Igual que a fines del siglo XX y principios del XXI, se empezaron a abrir comedores populares en los barrios más humildes, aparece otra vez el trueque como forma de garantizar la cobertura de lo mínimo indispensable para vivir. Y esa es la idea del Fondo Monetario, un modelo de sociedad con dos clases bien definidas, ricos cada vez más ricos, que son el 5% de la población, y millones de pobres para quienes pretenden que solo coman.
El Presupuesto que Macri envió al congreso no hace más que ratificar esta estrategia, como seguir con las exenciones para los más ricos (ej. eliminación de impuestos a los champagnes).
El 14,9 % del total de ese Presupuesto será para pagar deuda. De cada cien pesos que paguemos de deuda externa (no hay que olvidar que recibieron un país desendeudado hace tres años) se destinarán $ 38 para educación, $ 25 para salud, $ 11 para protección social, $ 7,7 para ciencia y técnica, $ 4,8 para vivienda y urbanismo, $ 4,1 para agua potable, $ 1,8 para trabajo y $ 0,1 para industria.
Y como no existe ajuste sin represión, el gobierno nacional realizó una verdadera cacería de militantes populares que fueron a reclamar al Congreso. Utilizaron policías infiltrados (como quedo evidenciado en las imágenes obtenidas cuando se cubrían los rostros) para ensuciar el reclamo y generar situaciones violentas que luego son amplificadas por los oligopolios de Clarín + La Nación como el hecho central, escondiendo a la opinión pública la presencia de decenas de miles de argentinos que enfrentan el ajuste.
Los que militamos política, social y gremialmente tenemos una responsabilidad sobre nuestras espaldas, recrear un proyecto nacional y popular inclusivo, con base en los recursos naturales, pero con insustituible proyección industrial y de desarrollo científico tecnológico.
Somos una clara mayoría los que estamos en contra del modelo cambiemos, las encuestas que difunden todavía le dan algún nivel minoritario de aceptación al gobierno (que no se percibe en la calle) pero tenemos que organizar y proyectar una sola propuesta política para la mayoría opositora.
Solo la dispersión que hoy tenemos mantiene la expectativa de Cambiemos de mantenerse en el Poder 2019.
Necesitamos un mínimo común denominador de los sectores populares, un programa sensato, de acuerdos básicos, que fortalezca el trabajo argentino, el salario, las pymes, las jubilaciones, la educación, la salud y la cultura.
Debemos ir a un amplio Frente, con una interna donde participe Cristina, que es la dirigente opositora más importante, pero también referentes que expresen otras visiones, y que estén dispuestos a confrontar con el neoliberalismo.
Cambiemos está hipotecando el futuro, la única forma de frenarlo es con la conformación de un Frente Patriótico.
