La entidad a cargo de Guido Sandleris va tomando decisiones poco a poco. Primero avanzó sobre los exportadores, limitando la posibilidad de que tomen créditos en pesos. Fue una forma indirecta de obligarlos a vender divisas en el mercado para cubrir pagos con proveedores comerciales y financieros locales. La medida no alcanzó. Ahora anunció un instrumento más directo para controlar la cuenta capital.
Los bancos no podrán enviar a las casas matrices sus ganancias. Esta normativa no es la única en estudio en el Banco Central. En la carpeta de la entidad sigue pendiente una nueva regulación a la compra de dólares para grandes inversores. Por el momento no tuvo la aprobación del Poder Ejecutivo.
El fuerte desgaste de las expectativas (salida elevada de depósitos en dólares, desarme de activos en pesos para dolarizar carteras, derrumbe de las reservas) no parece frenar y puede terminar de torcer la voluntad de la Casa Rosada.