
La maestra culta, que hacía docencia y esclarecía, ante un pequeño grupo, o ante una gran asamblea, la dulce, la que empatizaba y enseñaba con su ejemplo y claridad a los que por drama personal o sensibilidad solidaria, se acercaban, a lo que primero fue un grupito y luego fue una inmensa columna de quienes luchaban por el mas Humano de los Derechos, la vida.
Allá arriba, desde una estrella, te esperaran tus seres queridos, Jorge tu hijo entrañable, tus queridas Madres compañeras, las Elba, los Pochos, y tantos otros que partieron antes.
Cuando las convicciones flaqueen, cuando esta sociedad marcada por el neoliberalismo y sus secuelas de odio, violencia e ignorancia parezca asfixiante, en tu ejemplo de resistencia, coraje, amor, paz y sabiduría encontraremos el espejo en el cual inspirarnos para ser merecedores de haber sido tus compañeros.
Hasta la Victoria siempre.
Roque y Liti