El movimiento es escaso en el hospital. No hay atención en la Mesa de Entradas. A los docentes que acuden con certificados médicos les aconsejan que los lleven a la Dirección Departamental de Escuelas. Tampoco funciona la guardia, excepto urgencias. La farmacia atiende una hora al día debido que empleados suplentes transitorios se encargan de la misma. Tampoco se otorgan turnos para los servicios de Oftalmología y Odontología.
La gota que rebalsó el vaso fue la internación de una mucama del nosocomio el lunes luego de haber soportado una reprimenda que le provocó tres infartos. La mujer fue dada de alta ayer luego de que se le colocase un stent. Aparentemente la directora del Heras, Graciela Chiappa, les dijo que si tenía que sacar a los coordinadores ella se iba también. Entre los coordinadores se encuentra Graciela González, quien fue señalada como la persona que provocó el hecho. “Y bueno si tiene que pagar los costos, se tendrá que ir”, manifestó el delegado en referencia a Chiappa.
Esta mañana estuvieron en el hospital Pedro Pérez, secretario general de ATE Concordia, y Pablo Muntes, secretario gremial de la CTA Autónoma de Entre Ríos. ATE Entre Ríos pidió la intervención del hospital. “Que el gobernador se haga cargo de los problemas que estamos teniendo porque este no es el primer problema”, dijo.
Según explicó Cabrera, ya hubo 11 denuncias de empleados en el ministerio de Trabajo por maltrato y abuso de autoridad. “Ayer cuando empezó la retención de seis horas, a dos días de que la compañera cayó internada, salió a recorrer los pasillos a apretar a las mucamas, las pone de tarde, les grita, les tira las llaves”, dijo el delegado de acuerdo a las manifestaciones del personal en las asambleas. “Cuando hay una persona que tiene problemas con todo el mundo, el problema no es todo el mundo sino esa persona”, manifestó.
La seguridad interna es otro factor de descontento. Ayer, en la guardia, un paciente que se alteró por la falta de atención agredió propinando un golpe en el rostro a un empleado. “Vino a hacerse atender a la guardia porque no le daban medicación. El médico lo trató de calmar, le dijo que lo iba a atender porque únicamente urgencias se están atendiendo porque se están acatando las medidas del gremio. Dijo que lo iba a agredir al médico, un compañero lo quiso frenar y el paciente le pegó una trompada”, dijo.
Los empleados hace varios meses que reclaman por el retorno del policía que estaba de custodia en la guardia. Aunque ahora hay un policía de custodia en una caseta ubicada en la esquina del hospital, el funcionario alega que no le corresponde intervenir en cuestiones suscitadas dentro del nosocomio. “Somos el blanco de los pacientes que vienen malos. Los compañeros en las guardias quedan expuestos porque al no tener un funcionario policial, por ahí no te garantiza que no vaya a pasar, pero al ver la autoridad por ahí se frenan”, indicó.
Los reclamos también abarcan el estado de la infraestructura del nosocomio. Si bien el Heras fue construido hace más de 100 años por lo que se descuenta que sufra el desgaste propio de una estructura centenaria, los empleados aseguran que el dinero que llega para mantenimiento se utiliza de mala manera.
Un ejemplo, según el delegado, es lo que sucedió con la Sala 7 (Neumotisiología). “No puede ser que arreglen Sala 7. Se inauguró hace seis, siete meses y hoy Sala 7 se encuentra en Clínica Medica porque se prendió fuego”, sostuvo. Los techos de la sala tenían filtraciones y además un balastro de mala calidad, adquirido por el administrador para ahorrar, fue el que habría provocado el incidente. Ahora los pacientes con problemas respiratorios, tanto varones como mujeres, conviven en la misma sala con los de clínica médica.
Asimismo, cabe recordar que el problema que hubo con el faltante de oxígeno a mediados de marzo que afectó a los pacientes con patologías respiratorias y la causa no fue aclarada. Según Cabrera, antes había un tanque grande de oxígeno que abastecía a todo el hospital y fue trasladado. “Y pusieron tubos chiquitos”, indicó.
Además hay baños clausurados en la planta baja perteneciente a Sala (Salud Mental), y la sala de ese servicio se llueve y hay humedad. “Nosotros venimos reclamando desde la gestión anterior”, dijo el delegado. No obstante, el delegado sostuvo que el expediente confeccionado por el personal, cuando asumió la nueva dirección quedó cajoneado en el hospital. “Nunca lo mandaron violando toda reglamentación y la ley vigente que te da 30 días de plazo para que eleves el expediente”, recalcó.
El declive del Heras comenzó con el traslado de servicios al Masvernat, a mediados de la década pasada. Si bien se incorporaron nuevos servicios, hay áreas que siguen vacías. De esa forma, se acentúa la sensación de que el hospital ya nunca será el que era. “El gobernador no desconoce esta situación. El fue ministro de Salud en una de las gestiones anteriores, cuando se hizo el traspaso al Masvernat. Y sabemos que él está al tanto de todo”, dijo Cabrera. “Hasta ahora no hemos tenido respuesta y les pedimos disculpas a la sociedad que es la que terminan pagando los platos rotos pero las medidas van a seguir”, mencionó.