Pedro, padre de la víctima contó que esperaba a sus hijos desde la 6 de la mañana y no llegaban, en referencia a ese sábado brutal. Salí a trabajar y me lo encuentro a mi tío que me avisa que un vecino le había dicho que mi camioneta estaba en el lugar de los hechos. Me fui hasta allí y me encuentro con ese operativo policial, hablo con un policía de investigaciones, le dije que esa era mi camioneta y me remitió al fiscal Zabaletta. En ese momento el fiscal me dice que mi otro hijo estaba en el hospital, cuando llegué me enteré que Sebastian estaba muerto.
Mi otro hijo, siguió contando, había sido esposado.
Uno de los policías que estaba en el lugar reconoció que no vio ningún arma dentro de la camioneta y que lo que había visto era un arma en el capot del auto. Nada que ver, mis hijos no usaban armas y en la camioneta tampoco había ningún arma. Hasta llegaron a decir que podía ser que en la camioneta habían otras personas porque había una campera.
Esa campera es mía y mañana se lo voy a llevar como prueba al fiscal para que no digan cosas que no son. Mire Ud si hubiera otras personas los policías no los iban a ver.
En tanto, la mamá de la víctima señaló “mis hijos eran chicos de trabajo, como van a decir que tenían un arma, eso es mentira”. Agregó que, anoche en los tribunales lo vió por primera vez al suboficial que disparó el arma contra su hijo.
Contó que fue en la audiencia a la que fueron citados y en la que estaban presentes, ella, su esposo, el abogado Rafael Briceño, el Sargento de policía Acosta y su abogado acompañado de otro funcionario policial, el fiscal y el juez de la causa.
En ese momento dijo, vi al asesino de mi hijo “soberbio y altanero, como que nada lo conmovía”, y agregó, yo no lo conozco no se si será su personalidad o que, pero a mi me pareció eso, además nunca nos miró a los ojos ni nos pidió disculpas.
