“La comercialización de la basura es la que, finalmente, sostiene las plantas de tratamientos de residuos”, indicó el ecologista, en coincidencia con la postura existente desde hace algunos años en esta ciudad. “La basura es una industria rentable -aseguró- y su comercialización es posible y hasta sencilla”. Rementería se manifestó claro opositor al método de rellenos sanitarios como alternativa para los residuos (“es contaminante”, aseguró) y acotó que la tendencia actual es la regionalización del tratamiento de residuos domiciliarios en plantas construidas con ese fin. De esto se desprende que, dentro de esta idea de comercialización, la planta de tratamiento de residuos de Chajarí debería tratar los residuos de ciudades cercanas (Santa Ana, Villa del Rosario, Mocoretá, por ejemplo) y de esa manera acrecentar el volumen de basura tratada y, por ende, de oferta.
Rementería dijo asimismo que con la producción de biogás se completa el circuito de gestión de residuos sólidos domiciliarios y se puede entrar en el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), que permite que las empresas del primer mundo compren bonos de carbón y, como contrapartida, que los municipios reciban dinero a cambio.