Pero para que esto realmente pueda concretarse, existe el acompañamiento personalizado de los profesionales de la Oficina Provincial de Seguimiento de la Suspensión de Procesos a Prueba. La coordinadora del organismo, Bibiana Stark, afirma que tienen un “interés por la persona. Antes se otorgaba probation como regla de conducta sin conocerla”. Por ejemplo, a un acusado de robar le ordenaban donar leche al Hospital de Niños, cuando esta persona no tenía ni para comer. “Es bien personalizado: sus realidades, condiciones de vida, su familia, sus necesidades”, son contempladas a la hora de sugerir una regla”, afirma la licenciada.
“Con el seguimiento la persona siente que hay alguien ayudándolo, que está atrás. Se apunta a que cumpla, pero que cumpla con consciencia, no por llenar un papel. Y se habla con él y con la institución a la par. A veces las mismas instituciones lo agradecen, o por el contrario llaman porque tienen que estar continuamente luchando con la persona”, asegura Starck, y reflexiona: “Porque hay de todo con esto, gente que reacciona ante esta oportunidad y gente que no”.
Del delito a la oportunidad
El mecanismo funciona de la siguiente manera: “Nosotros no imponemos las reglas de conducta. Hacemos un estudio personalizado por cada uno, y de acuerdo a la capacidad, habilidad y potencialidad de la persona (la mayoría vive en condiciones desfavorables), sugerimos al juez la regla”.
Algunos sectores de la sociedad cuestionan la probation porque sería un mecanismo para evitar el cumplimiento de una condena. Al respecto, Starck dice: “Hay algunos que lo único que les interesa es zafar este momento, y hay personas que están realmente arrepentidas de lo que han hecho. A todos tratamos de convencerlos de que esta es una oportunidad”.
Además, “No solamente se cumplen tareas comunitarias; se capacitan, si no terminaron la escuela en vez de que corten el pasto les decimos que terminen, que lo hagan como regla de conducta. La mayoría son capacitaciones de oficios: herreros, carpinteros, electricistas, panaderos, peluqueros, enfermeros, hay de todo”, explica la coordinadora, y afirma que hoy “Es más la capacitación como regla de conducta que otra. Porque esto es lo que le da la dignidad”.
“Una oficina distinta”
Hoy ya son 284 las instituciones que tienen convenios con la Justicia para la realización de probation.
Desde febrero de 2004, cuando se creó la Oficina de Seguimiento que lleva las estadísticas, la cantidad de personas a quienes se les otorgó el beneficio ha aumentado: en ese año fueron 750, 903 en 2005, 844 en 2006, 1.208 en 2007, 1.472 en 2008, 1.793 en 2009 y 2.238 en 2010. En total, fueron 9.208 personas que debieron o deben probar su buen comportamiento ante un juez.
En el organismo afirman que la mayoría de ellas son jóvenes de entre 20 y 35 años, y hay gran cantidad de casos por accidentes de tránsito que se resuelven de esta manera.
A modo de conclusión, Starck manifiesta su satisfacción con el trabajo que le toca realizar: “Lo más positivo que le encontrás es el trabajo social que uno hace, que no cualquiera tiene la posibilidad acá adentro -en el Poder Judicial-. Esta es una oficina distinta. Acá no son números las personas, no son causas. Acá se los llama por el nombre, y jamás hablamos con términos técnicos”, aseguró a diario Uno.