“Aquí hay un conflicto de intereses inadmisible: por un lado un gobierno que quiere llevar a buen puerto un barco en medio de una tormenta; y por el otro un legislador que parece que quiere volcarlo. Por suerte, el gobernador Sergio Urribarri se ha plantado. Les ha mostrado que no tiene miedo de la intimidación, la extorsión y las amenazas. Y por eso va a tener todo el apoyo del peronismo.
El gobernador ha expresado claramente que estamos en dificultades, que hay que ser muy responsables y que hay que preservar el interés común. En ese marco, tratar de llevar agua para el molino propio en épocas de sequía es una actitud deleznable que esperamos el peronismo sepa condenar.
Confiamos en que la mayoría de los legisladores que son verdaderos militantes peronistas actuarán responsablemente y no como mandaderos de un empresario sindical que intenta condicionar la suerte de todos para su exclusivo beneficio.
Allende representa la imagen pública del dirigente que el peronismo debe superar. Necesitamos pasar de lo faccioso y sectorial a lo general y convocante. Pensamos que este conflicto servirá para tomar conciencia de los errores cometidos.
Es muy bueno para todos que Allende no se sienta representado por Urribarri. Eso significa que nuestro gobierno es sano y ayuda a reforzar los lazos de representación con toda una dirigencia que pretende un salto de calidad en la relación entre el peronismo, el Estado y los ciudadanos”.
