“A primera vista y a la luz de ideas de quienes se auto titulan “progresistas” pareciera que esto es indiscutible, ¿quién podría negarse a darle a los más jóvenes el derecho a elegir desde un concejal de su pueblo hasta el Presidente de la Nación, pasando por legisladores provinciales, nacionales y gobernador de su provincia?, ampliando, como dicen, la base de participación popular.
Oponerse a esta iniciativa sería, para quienes impulsan esto, una idea cavernícola, retrograda y reaccionaria, como es habitual en la lógica kirchnerista cuando alguien se opone a proyectos del oficialismo. O aplaudís o te convertís en enemigo.
Personalmente tengo inmensas dudas en su implementación y en la justicia de esta medida, que sin duda, todo hace pensar, será aprobado en ambas cámaras por tener el oficialismo el número de legisladores suficientes para ello y el verticalismo hasta ahora demostrado.
Me pregunto si no es un error llevar a estos adolescentes a tomar tan importante responsabilidad como es elegir un Presidente de la Nación, mientras se desconocen sus derechos básicos.
Me pregunto si la verdadera urgencia, no es tratar de corregir la deserción escolar del 50% de estos adolescentes en la escuela secundaria y la no comprensión de lo que leen en muchos de ellos.
Me pregunto si la verdadera urgencia no es revertir el puesto N° 58 que ocupamos entre 65 países distintos, sobre “calidad educativa”, que condena a estos jóvenes adolescentes a no salir de la pobreza y además trasmitir esa pobreza a sus generaciones futuras.
Me pregunto si no es prioritario corregir el “trabajo precario” de estos jóvenes que los empuja a la marginación y los pone al borde del delito.
Me pregunto si no es prioritario corregir el narcotráfico que en la gran mayoría, está dirigido a captar jóvenes y adolescentes como consumidores y por lo tanto, victimas de ello.
Me pregunto porque solo se les dará el derecho a votar sin poder ser elegido en cargo político alguno, ni ser autoridad de mesa ni fiscal de algún partido político debido a que la ley electoral se lo prohíbe.
Me pregunto porque solo se le dará el derecho a votar y no podrá tener carnet de conducir, casarse o celebrar contratos ( ej. alquiler ),” impedimento que no es solo por capricho jurídico, sino por razones sensatas, a menos que la insensatez les lleve ahora a prometerles que tales impedimentos serán quitados de su camino”
Me pregunto porque un adolescente de 16 años puede ser juzgado, pero no puede ser condenado a prisión de mayores, ni a prisión perpetua, debido a que se presume que ese joven, por su inmadurez, no es igual a uno de 18 años.
Todo ello me hace pensar que para implementar el voto adolescente, habría que hacer, entre otras cosas, una amplia reforma del código electoral, donde no solo se implemente esto, sino otras medidas que si hacen al verdadero progresismo como, el voto electrónico o boleta única, que tienden a evitar el clientelismo. Debería además ser obligatorio para evitar que solo concurran a votar aquellos adolescentes, de barrios muy humildes ( el 36,8% de los niños de 15 a 17 años pertenecen a hogares que están por debajo de la línea de pobreza) que son llevados por las maquinarias de los aparatos políticos, ofreciéndoles alguna dádiva para comprar su voto.
Por lo tanto, esta iniciativa, que ayer comenzó a debatirse en el Senado de la Nación, aparece como oportunista y con una sola intención que es, solamente, ampliar la base electoral con el objeto de juntar votos para la re-re elección de la presidenta, no importándoles las verdaderas necesidades de la gran mayoría de los adolescentes de nuestro país, que son otras.
Dejemos tranquilos a estos jóvenes que están transitando una edad difícil como es la adolescencia, donde se va definiendo su personalidad, donde se produce la transformación del niño en adulto y este va descubriendo su propia identidad. Es en esta etapa donde se cierran procesos evolutivos de orden físico, cognitivo e intelectual. Las inquietudes de ellos pasan, en su gran mayoría, por otros carriles y no justamente por ir a votar algún candidato o algún partido político en especial.
Por todo ello no me parece correcto que los adolescentes sean utilizados políticamente”.