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Alerta leptospirosis: una enfermedad “contagiosa, febril y potencialmente mortal”

La leptospirosis puede contagiarse por contacto directo con la orina, sangre o tejido de animales infectados; exposición a ambientes contaminados; por contacto con aguas contaminadas, o a través de heridas cutáneas o de mucosa intacta.
Los animales más afectados son los roedores, el perro y los ganados. En los animales infectados las leptospiras colonizan el riñón. Al orinar, los animales eliminan los microorganismos contaminando todo el medio que habitan. Las personas se contagian en forma accidental, al entrar en contacto directo con el animal infectado o indirectamente a través de agua o terrenos húmedos contaminados, como arrozales, estanques, canaletas, aguas estancadas, etc.
El microorganismo puede entrar a un individuo por contacto directo a través de heridas en la piel, al tomar agua o ingerir alimentos contaminados o bien en forma de aerosol a través de los ojos o la nariz. También puede contagiarse en forma indirecta al caminar descalzos en lugares donde orinaron animales infectados.
Existen personas que tienen mayor riesgo de contagio como los trabajadores de los arrozales, cañeros, mataderos, cuidadores de animales y veterinarios. Las condiciones ambientales de humedad y alta temperatura son favorables para el desarrollo de brotes de leptospirosis.

Gravedad

La directora precisó que la enfermedad puede ser leve, moderada o grave. Cuando es leve, la persona presenta cefalea (dolor de cabeza), fiebre y dolores musculares (muy parecido a una gripe).
En los casos que es moderada, similar a lo anterior pero también puede presentarse dolor abdominal e ictericia (el color amarillo se debe a que está afectado el hígado).
En tanto, es grave cuando a lo anterior se le suma hipotensión arterial, insuficiencia respiratoria, hemorragia pulmonar, insuficiencia renal aguda, trastornos de la coagulación, entre otros síntomas.

Síntomas

En su primera etapa, los síntomas de leptospirosis son similares al de una gripe con fiebre, dolores de cabeza y de músculos, escalofríos, conjuntivitis, náuseas, vómitos, diarrea. Algunos enfermos pueden no presentar síntomas. Si no es tratada a tiempo, puede dañar los riñones, el hígado, causar problemas respiratorios e inflamación de la membrana que cubre el cerebro y la médula espina (menengitis). En algunos casos puede ser mortal.

Cuadro clínico

Luego de un período de incubación de una a dos semanas aparecen los síntomas, cuyo grado va a depender de los mecanismos de defensa de las personas infectadas. En la fase inicial se manifiesta la aparición brusca de escalofríos y fiebre de 39 á 40 grados centígrados, junto con intensos dolores musculares y de cabeza.
Los grupos musculares más afectados son característicamente los de la pantorrilla y región lumbar. Los dolores de cabeza son persistentes y generalmente no ceden con los analgésicos comunes. La pérdida de peso, las náuseas y los vómitos son también signos comunes de esta enfermedad.
El compromiso de los pulmones es habitual y se manifiesta con tos y dolor torácico. A nivel neurológico ocasiona trastornos de la conciencia, alucinaciones e incluso parálisis de algunos nervios. Es muy característico que los ojos se afecten, en donde las conjuntivas se tornan de un color rojo intenso. Esta fase de la enfermedad dura de 4 á 7 días.
Posteriormente, las personas pueden recuperarse completamente; pero también es posible que luego de unos días sin ningún tipo de síntomas, aparezcan nuevamente manifestaciones clínicas de una segunda etapa. Puede haber fiebre, aunque menos elevada, e intensos dolores musculares y molestias gastrointestinales.

Control y prevención

Ilardo resaltó que la eliminación de roedores y de los basurales a cielo abierto o de las condiciones ambientales que puedan favorecer su proliferación favorece el control, así como el relleno de terrenos bajos donde puedan formarse cuerpos de aguas estancadas. Hay que evitar nadar o tomar contacto con lagunas, arroyos o espejos de agua que pudieran estar contaminados con la leptospira, e implementar campañas de educación para la salud donde se informe a la población sobre la leptospirosis.
Las medidas para prevenir la enfermedad son controlar la existencia de roedores, desmalezar y desratizar los terrenos baldíos, desratizar edificios abandonados y viviendas antiguas y verificar que no existan nidos de roedores en las viviendas.
Además, se recomienda una estricta higiene ambiental, respetar los horarios municipales para sacar los residuos del hogar, utilizar bolsas de residuos resistentes y cerrarlas adecuadamente y contribuir con el mantenimiento de la higiene de la ciudad.
Asegurarse de que los niños jueguen en ambientes limpios y que no tengan contacto con animales callejeros y evitar la exposición a la orina, sangre o tejido de animales infectados, los jabones antisépticos y desinfectantes son su mejor aliado para la higiene personal y ambiental.

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