“Es una forma de buscar gas utilizando una especie de manguera que se introduce 4 o 5 kilómetros bajo tierra y por ese conducto se inyectan millones de litros de agua mezclado con alrededor de 600 componentes químicos altamente contaminantes”, indicó. Los componentes nocivos producen explosiones para liberar el gas atrapado en las rocas.
“De esa agua contaminada que se tira que son millones de litros se recupera un 15 %. Lo que queda, queda en el subsuelo y se transporta bajo tierra y se transporta contaminando las napas de agua, los acuíferos y los ríos donde muchas veces desagotan”, mencionó Bargagna.
Hace 15 años se lo utilizó en una zona de EEUU y dejó como secuela un problema ambiental «irreversible y gravísimo». Por ello se lo prohibió. En tanto, en Francia es penalizada la utilización del sistema. En España se constituyó un movimiento en muchas provincias, especialmente en Cantabria, para prohibirlo. “Inclusive en el Reino Unido donde el gobierno fue, visitó y volvió con la idea de introducir esa práctica de exploración en nuestra provincia”, dijo.
La legisladora indicó que se trata del método más contraindicado en una provincia como Entre Ríos por los ríos que la rodean, por las napas subterráneas de donde se extrae agua para usarla en agricultura, ganadería y para consumo humano y por el acuífero Guaraní. “Tenemos una delicada y complejísima red de agua dulce”, resaltó.
Bargagna indicó que se trata de una posibilidad que podría darse en breve en Entre Ríos porque se han firmado una serie de convenios con el gobierno para que se empiece a explorar hidrocarburos. “A partir de la reducción de las reservas de petróleo y de la desesperación de buscar combustible y de buscar gas se está usando en lugares que se llaman ‘zonas de sacrificio’ porque allí no crece ni el pasto”, subrayó. Además de que no vuelve a reestablecerse la naturaleza, produce una sintomatología de terremotos y se termina la producción agrícola, ganadera, el turismo y la pesca.
“Tendríamos que hacer un gran debate público sobre que provincia queremos porque este sistema es el peor indicado para nuestra provincia, para la producción y para la naturaleza”, indicó. “Es un sistema muy caro y no cualquier empresa lo puede hacer. Se supone que son empresas extranjeras que están ya interesando al gobierno de la provincia para empezar con los estudios”, señaló la legisladora socialista.
“En los lugares que se utilizó no creció más nada. La gente se ha tenido que ir porque no tiene agua. Abrís una canilla, le ponés un fósforo y sale fuego porque el gas empieza a aparecer por todos lados e incluso radiactividad”, mencionó Bargagna.