En primer lugar, remarcó que los vientos furibundos que soplaron a más de 120 km por hora dejaron a la ciudad con “la energía eléctrica afectada, la capacidad productiva prácticamente paralizada, el sector turístico inmovilizado y federaenses sin casas, sin techos y en condiciones precarias de supervivencia”.
Alderete recorrió las zonas afectadas y comprobó en forma directa la destrucción total y parcial de viviendas, establecimientos madereros, partes del sector termal, templos religiosos, postes de electricidad y teléfonos, techos de clubes, antenas de radios, paredones, etc.
Pidió un relevamiento de lo que deberá implementarse para reconstruir: las viviendas dañadas o destruidas, los espacios y servicios públicos, la infraestructura turística, el aparato productivo.
“Es por todos conocido que en nuestro país las noticias de cataclismos sufridos en otras áreas del mismo ocupan los titulares por poco tiempo; nos volvemos acordar del tema cuando tiempo después los damnificados reclaman la ayuda prometida que nunca llegó”, dijo.