Tanto, que algunos remiseros se quejaron, asombrados, por la forma en que se les solicitaron los documentos: “policías armados, no de fajina, con una ametralladora apuntándome, me pidieron documentos personales y del auto a las 6 de la tarde en la Avenida Parque”, dijo Eduardo. Y no fue el único.
El sábado, los cuidados comenzaron temprano en torno a las cajas en boleterías, ya que se desconocía el horario en que podría concretarse el golpe. Siguieron durante la fiesta y tuvieron refuerzo adicional con numerosa guardia de efectivos a la hora de trasladar la recaudación de la jornada al depósito final.
Casos resonantes
No es frecuente encontrar comandos criminales de alto vuelo en Gualeguaychú. Recordado es el caso del intento de robo al hipermercado Norte años atrás, que terminó con allanamientos, un policía secuestrado, fuga en automóvil y dos personas detenidas en calle Primera Junta con armas de guerra (entre ellas, FAL debajo de los asientos).
También, el hecho de que Cristian Carro Córdoba (el secuestrador de Christian Schaerer) es gualeguaychuense y vivió en la ciudad muchos años, amén de que Schaerer pasó parte de su secuestro encerrado en una casa de Gualeguaychú. Carro Córdoba estuvo acusado de participar en los secuestros extorsivos de Carlos Llano, Cecilia Cubas, María Mercedes Elizache, Estela Vargas y el pequeño hijo de un empresario tabacalero, que terminó asesinado.
Otra presencia que llegó a hacerse famosa fue la de Carlos Telleldín, el único acusado hasta el momento y preso por la causa AMIA. Telleldín vivió en Gualeguaychú, compró aquí una moto de alta cilindrada y fue muy conocido el suceso del incendio de su videoclub, siempre sospechado de intencionalidad.
Las noches que faltan
Pensar en un golpe comando a la recaudación del carnaval es pensar en una operación muy planificada y en un grupo experimentado.
El botín es más que atractivo, y no hace falta ser Einstein para sacar cuentas: 23 mil entradas a 40 pesos cada una, da una suma de 920 mil. A ello puede sumarse, si se da, la venta del día de localidades en VIP (180 a 370 pesos la mesa) y otras ubicaciones en sillas (de 10 a 30 pesos) y tribunas (de 10 a 15), con lo que el resultado ronda el millón de pesos.
Obviamente, la tensión seguirá en las próximas noches de corso y el refuerzo de la seguridad, también. Eso sí: sería interesante que los controles de documentos personales y vehículos se haga sin apuntar como al descuido al conductor con una ametralladora.
Fuente: El Día