El tema se presenta como urgente y necesario por varias cuestiones y fue conversado por Turismo e inversores privados de termas en una reunión que se llevo a cabo el pasado lunes. Aunque parezca inadmisible, el ingreso de gente “colada” es uno de los temas a resolver, y si bien desde la parte privada se le insistió a la Dirección de Turismo encabezada por el Licenciado Sebastián Denis que se intensifiquen los controles del sistema de uso de pulseras por parte de cada visitante, también se hizo hincapié en la construcción del alambrado para evitar ese drama.
Otro de los problemas es la presencia de perros vagabundos. Muchos vienen de casas de vecinos en las zonas aledañas, pero además otros son dejados, abandonados en esa zona. Hay que recordar que el predio termal chajariense esta a la vera de la ruta 14 y sus alrededores son áreas rurales. Esto, si bien no genera molestias en general, contradice la política de propietarios de alojamientos, que no permiten a los turistas su estadía con mascotas. “Se nos han caído reservas por el hecho de que no permitimos mascotas”, ejemplificó el vicepresidente de la Comisión de Apoyo al Parque Termal, Juan Stivanello. El visitante, ante la presencia de los animales, obviamente, plantea su queja.
Y por otra parte, la existencia dentro de las 42 hectáreas del predio de una amplia zona boscosa hace del lugar el espacio perfecto para chicos que –gomera en mano- se adentran para cazar pájaros u otros animales. Hasta el momento se piensa en cubrir, en una primera etapa, el sector norte del predio, que linda con Avenida Siburu, luego será el turno de la parte que da sobre la ruta.