Una fuente del barrio San Agustín, cuyo nombre omitiremos por seguridad, confirmó a DIARIOJUNIO que la noche del domingo, el matador no fue el único que ejecutó disparos de arma de fuego: “Fue un tiroteo, se escucharon disparos de armas de distinto calibre y fueron más de cinco estruendos” consignó la fuente, en tanto aclaró que la víctima, Ramón Bordón, que es conocido por los vecinos como (el lobisón Camacho), “le debía plata al matador”. Asimismo, este medio pudo saber que “el motivo fue un ajuste de cuentas, porque” al presunto homicida “le vinieron a cobrar los proveedores y éste salió a apretar para recaudar lo que le debían”. Según este testimonio, el autor del disparo sería un dealer, de ese barrio, que comercializaba sobretodo pasta base, y otras drogas de muy mala calidad, que es comúnmente vendida a bajo costo, y que es mucho más adictiva y destructiva. Según aseguran las fuentes, “eso es lo que consumen ellos, los malandras del barrio”
Asimismo, otra fuente, que prefirió preservar su identidad por temor a represalias, opinó que “Este es el gran flagelo que tenemos: A estos guriser los vimos crecer, y eran amigos de chicos, pero son capaces de matarse por esa porquería, y ahora andan unos cuantos en la venta: los transforma, no reconocen a nadie y si se tienen que matar se matan” para dar más precisiones, este vecino señaló que “hay un grupito que se ha hecho del negocio y venden y tienen para ellos, y después están los otros que andan robando para comprarles, y cada tanto cuando no tienen para pagar o se quedan debiendo pasa esto”
UN NEGOCIO BIEN ORGANIZADO
Las dos fuentes coinciden en que “antes en este barrio (por el San Agustín) no había tanta droga porque se centralizaba todo en el Toronjal, ahí ya se manejan a otro nivel” sobre este otro centro de expendio de estupefacientes, los vecinos afirman: “se veían autos y camionetas de alta gama; Audi, Toyota; que siempre iban y paraban ahí, pero desde que la policía puso una garita (puesto de control) se empezaron a venir para el San Agustín, y ahora vienen a comprar acá, paran en la casa de estos otros que siempre le vendieron a los adictos del barrio nomás”
Según lo ven los vecinos, la droga es la madre de todos los hechos de violencia que ocurren en el barrio: “por ejemplo –graficó uno de ellos- la mañana del sábado ya nos dimos cuenta que algo iba a pasar porque desde temprano, desde las nueve de la mañana, se estaban drogando en la calle y a la vista de todos”
Tal como es descripto, la muerte de bordón no es un episodio aislado, no se trata de un problema entre conocidos que terminó mal, es un eslabón más en el aceitado negocio del narcotráfico.
La historia de Bordón, no difiere mucho a la de cientos de otros jóvenes que presos del mismo flagelo, acabaron detenidos por la policía –cuando robaban para comprar más-, o los terminó de consumir la droga.
Asimismo, uno de los vecinos consignó que el presunto matador: “es un chico que no tiene problemas económicos, los padres trabajan los dos muy bien y no tienen necesidades, pero la necesidad se la genera la dependencia a la droga”
Por otra parte los vecinos, la gran mayoría cautelosos, y atemorizados, no brindan esta información a la Policía ni a la Justicia, y aseguran que “la policía viene un rato porque pasó esto pero después yo tengo que convivir con estos delincuentes, porque son mis vecinos, y si se lo llevan hoy, mañana se lo ve de nuevo por el barrio y con estos locos más vale llevarse bien”
Cabe señalar que el homicidio de Bordón está siendo investigado por el fiscal Tobías Podestá, quien ordenó allanamientos y la orden de captura para el presunto autor del hecho, un joven de 29 años, que ya cuenta con antecedentes penales.
Los vecinos confirmaron que el acusado “desapareció del barrio” y que no es la primera vez que esto sucede, ya que años atrás cuando se lo acusada de otro hecho, había huido rumbo a Buenos Aires.
Sin embargo, claro está, independientemente de la Justicia sobre este crimen, es un hecho que no será el último, en tanto no se resuelva el problema del tráfico de drogas, del que cabe destacar, y ha quedado de manifiesto, Concordia no es un mero lugar de paso.
