TEXTUAL
–¿Gobernaría una provincia?
–Me animo a gobernarla. La gobernaría y bien. Hablando de producción, educación, de cómo combatir la pobreza, la infraestructura. Si vos te rodeás de buena gente, gente inteligente, bien intencionada, lo podés administrar. Y me animaría a administrar un país, también. ¿Cómo no vas a administrar? Hacés acuerdos con distintos sectores y le buscás la vuelta. Lo que tenés que hacer es rodearte bien. No de obsecuentes como hizo este gobierno. ¿Cómo puede ser que el ministro de Economía se entere diez minutos antes del anuncio de que le van a pagar al Club de París? Si yo soy el ministro, renuncio y me voy.
–¿Coincide con la decisión de pagarles al Club de París y a los bonistas que no entraron al canje?
–Las deudas hay que pagarlas todas. Pero hay que tener una prioridad. Acá hay una deuda social. Brasil le inyectó dinero al sector agropecuario para producir más.
–¿Cómo ve lo que está haciendo el vicepresidente Julio Cobos?
–Está haciendo un esfuerzo tremendo tratando de devolverle la institucionalidad al país. Busca consenso. Esta semana, como Presidente, convocó a los sectores con problemas como la ciudad de Buenos Aires, con Mauricio Macri; o por la problemática del campo con Buzzi. El tipo está buscando consenso. Así se gobierna un país. Puede ser el vehículo para solucionarle un problema a la municipalidad más importante del país o para solucionarle un problema a la Federación Agraria.
–Lo criticaron mucho por su reunión con el ex presidente Carlos Menem.
–Cuando se votaba la 125 lo llamé: nunca había hablado con él. Le dije que siempre había renegado de su política. Pero que necesitaba que con su discurso pudiera convencer a algún indeciso. Y él, a cambio, me pidió ir a tomar un café. Podemos tener disidencias pero no hay que vivir siempre en el desencuentro. Yo lo hago por el bien del país. No ando buscando nada. Pero hay gente que no lo entiende, que cree que siempre hay que tener enemigos. Así le va a la Argentina.