Los cincuenta firmantes del comunicado enviado a DIARIOJUNIO coinciden en que la preocupación se da porque se trata de niños que son evaluados y diagnosticados por éste supuesto trastorno en base a cuestionarios científicamente discutibles por su falta de rigurosidad y se los medica sin tener en cuenta los riesgosos efectos de dichas prescripciones.
Los profesionales aseguran haber sido testigos de diagnósticos de A.D.D. a niños que presentan cuadros psicóticos o que están en proceso de duelo, víctimas de violencia o abuso sexual, etc., en el límite cualquier niño, por el mero hecho de serlo y por lo tanto inquieto, explorador, movedizo se vuelve sospechoso de padecer y ser etiquetado de un déficit de atención, aún cuando muchísimos de esos niños son capaces de concentración cuando se trata de algo que les interesa poderosamente. Este diagnóstico injusta y llamativamente repetido en nuestro medio desde hace un tiempo, se basa en una concepción reduccioneista y biologicista de los problemas psicopatológicos que implican el desdén por la incidencia del contexto y la subjetividad de los mismos. Este esquema reduccionista, centrado en supuestas causas biológicas de las conductas hiperactivas deja de lado la multiplicidad de determinaciones que actúan sobre el comportamiento del niño, léase familiares, culturales, sociales y al que atañe a la complejidad de los procesos subjetivos reduciendo al tratamiento con Psicofármacos –con todo lo que implica su uso en niños- no modificando en absoluto esas determinaciones sino actuando sólo sobre el llamada niño problema y por lo tanto consigue evitar reflexionar a padres y maestros sobre su responsabilidad en la conducta del niño.
En el comunicado los profesionales también advierten sobre el número alarmante de niños medicados por A.D.D. en escuelas primarias de la ciudad sin que se formulen preguntas acerca de las dificultades que presentan los adultos para contener, transmitir, educar y acerca del tipo de estimulación a los que están sujetos éstos niños dentro y fuera de la escuela.
En otro de los párrafos del comunicado, los profesionales aluden a los enormes intereses económicos que se manejan en el mercado de medicamentos: “Concluimos con una pregunta: ¿que no se reporten casos de A.D.D. en África y sí en los Estados Unidos, tendrá que ver con las necesidades y estrategias de los poderosos laboratorios farmacéuticos en la creación de mercado creando cuadros psicopatológicos para aumentar la venta de pastillas?”