Fernández de Kirchner resaltó además, «con orgullo» y en momentos en que decrece el superávit comercial por las necesidades energéticas nacionales, que el país «paga el mejor precio por su gas a la hermana República de Bolivia» y que eso es «hacerse cargo de la solidaridad de los pueblos y de la asociación concreta entre éstos».
Sus palabras sonaron, después de una reunión a solas con Morales, en el Salón Blanco de la Casa Rosada y tras los detalles técnicos brindados por el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, sobre la licitación nacional e internacional de los tubos que se utilizarán para la construcción del gasoducto del nordeste (GNEA).
El GNEA, de 1400 kilómetros y un costo estimado en 1880 millones de dólares, entraría en operaciones dentro de tres años para transportar hasta 27,7 millones de metros cúbicos diarios de gas, según estimó titular de la cartera.
En tanto, Urribarri explicó que “al tener Entre Ríos desarrollada la infraestructura de transporte y distribución -generada con inversión propia-, el Gasoducto del Noreste Argentino (GNEA) beneficiará a la provincia porque tendrá mayor volumen de gas y capacidad de transporte. Es decir, con esta obra se podrá cubrir la creciente demanda”, remarcó.
En ese sentido, el mandatario advirtió que “a raíz del desarrollo que tiene la provincia, se van incorporando localidades al servicio, y, consecuentemente, se radican nuevas industrias e instalan nuevas estaciones de gas natural comprimido (GNC). Esto implica un volumen de gas y una capacidad de transporte que compromete al sistema actual, y con esta obra, se podrá atender la creciente demanda”, insistió finalmente.