Los empleados que estaban en las puertas de la Dirección de Trabajo habían acordado con su empleador, Eduardo Correa, cobrar un plus por productividad. Por cada canasta -de 2 kg. cada una- que llenasen de arándanos debían recibir $ 4,80. “Si hacíamos más de diez nos pagaban aparte”, indicó Cantero. Dependiendo de la cantidad de fruta existente, los empleados podían llegar a llenar de 10 a 15 “tarritos” diarios.
Pero el problema surgió cuando les indicaron que se había terminado la exportación y lo único que quedaba era lo que en la jerga se denomina el “descarte” (fruta en condiciones defectuosas). Y en vez de abonar los $ 4,80, les ofrecían $ 2 por recipiente. “Pero no nos preguntó si queríamos trabajar más o no. Dijo: ‘a partir de hoy pago $ 2. El que quiera venir que venga, el que quiere que no venga’”. La delegada dijo que Correa está acostumbrado “a tratar gente como si fueran animales”, y agregó: “es el más sinvergüenza: tiene problemas todos los años para pagar a la gente”.
En consecuencia, Cantero dijo que: “por $ 2 no podemos trabajar porque no nos alcanza para nada”. Es que para ganar $ 20, trabajando de 8 a 10 hs. diarias, debían recolectar 10 “tarritos”. Pero el inconveniente es que: “fruta no hay; ni siquiera fea queda”.
Luego del desacuerdo y la postura terminante de no trabajar más, Corre ofrecido abonarles la semana próxima la quincena pero los empleados se negaron. Por ello, terminaron todos en la Dirección de Trabajo. “Estamos esperando que nos paguen pero hay diferencia en los recibos de sueldos también. Eso lo vamos a reclamar después”, dijo Cantero.
En tanto, José Giles, encargado de la Dirección Provincial del Trabajo, dijo que se trata de una negociación entre empleadores y empleados. “No es competencia nuestra; sí es competencia nuestra que al trabajador se le pague lo que está establecido por ley. Hasta ahí llegamos nosotros”, explicó. Cada empleado, por convenio, debe cobrar una suma que supera levemente los $ 30 diarios.
Esta mañana, Giles recibió una llamada telefónica de un empleado que había pactado percibir cerca de $ 45 por una cantidad determinada de canastas pero el empleador no ratificaba lo acordado. “El no sabía que aparentemente la palabra no la respetan los contratistas”, indicó.
El encargado de la Dirección del Trabajo aseguró que hicieron cinco procedimientos en distintas quintas y un técnico en Higiene y Seguridad constató falta de agua, comedor y baños. “Hay empresas que han establecido baños químicos”, dijo Giles. En cambio, otras no tenían ningún dispositivo para los empleados.
Respecto de la exigencia de los comedores, dijo que en algunos lugares había empleados “comiendo debajo de los árboles”. Y en cuanto al agua, en algunos casos hay bidones de agua, pero no debe ser del día anterior sino fresca, teniendo en cuenta las temperaturas veraniegas que comienzan a registrarse en noviembre. “Si ponen caños de riego, para regar las plantas, creo que en paralelo se puede poner un caño plástico más con algunas canillas”, reflexionó Giles.
En cuanto a las inspecciones, dijo que entre esta semana y la pasada, hicieron 28, y relevaron 1900 empleados. La documentación acreditando la inscripción laboral, ART y seguros debería estar la semana que viene en la Dirección. “Estamos dando plazos de cinco días, pero el empleados tiene la opción de ampliar el plazo”, expresó Giles. En caso contrario, dijo que deben dar parte a la AFIP. Las inspecciones se seguirán realizando.
