El acto contó con la presencia del delegado argentino ante la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, Néstor Berterame, el gerente de Gestión de Recursos Ricardo Ancarola, funcionarios e integrantes de los sindicatos de Salto Grande y representantes de las empresas oferentes, quienes, en todos los casos, cumplieron cabalmente con la bases que se habían preestablecido.
“Para la delegación argentina este es un momento de enorme trascendencia porque se pone en marcha el proceso de construcción de dos edificios modernos que demandarán una inversión muy importante” destacó Berterame.
El pedido de los trabajadores fue que sean trasladados de un edificio que tenía paredes de asbesto. “Lo que estamos ahora es impulsando para que se hagan los nuevos edificios. Ese va a ser uno de los nuevos motivos de este período que nos toca”, indicó en julio pasado Tomás Ruiz Díaz, secretario general de Siatrasag (Sindicato Argentino de Trabajadores de Salto Grande).
Según el sindicalista, Salto Grande debe construir dos edificios nuevos, uno en cada margen, porque en el traslado (no sólo raíz del asbesto sino también del temor a los campos electromagnéticos) se ocuparon inmuebles que tenían otra finalidad. “Por ejemplo tenemos Relaciones Públicas de la margen derecha, que ahora no es más”, decía. “Con los nuevos edificios ocuparíamos lógicamente un nuevo lugar”, señalaba Ruíz Díaz.
El asbesto, también llamado amianto, es un grupo de minerales metamórficos fibrosos. Se ha determinado por los organismos médicos internacionales que los productos relacionados con el asbesto/amianto provocan cáncer con una elevada mortalidad y por ello, desde hace décadas, se ha prohibido su uso en todos los países desarrollados, aunque se continúa utilizando en algunos países en vías de desarrollo, según wilkipedia.
En tanto, los campos electromagnéticos (EMF, por sus siglas en inglés) son áreas de energía que rodean a los dispositivos eléctricos. Los cables de alta tensión, los cables y los aparatos eléctricos producen EMF. Algunas personas se preocupan por la relación entre la exposición a EMF y el cáncer. Para los adultos, los estudios de la exposición a EMF bajo los cables de alta tensión y las mantas eléctricas muestran pocas evidencias de una relación con el cáncer, según una publicación del NIH (Instituto Nacional de Ciencias de Salud Ambiental).