Un 19 de diciembre de 1958 la Junta de Gobierno de la Federación Argentina de Colegios de Abogados, aprobó por unanimidad el despacho de una Comisión Especial integrada por los doctores Eduardo García Aráoz, Luis A. Rassol y Policarpo Yurrebaso Viale, que aconsejaba consagrar como Día del Abogado para todo el país el 29 de agosto de cada año, fecha en que naciera el insigne Juan Bautista Alberdi.
Asimismo, se recomendó a los colegios federados la colocación en su sede del retrato del constitucionalista como consagración a su memoria y ejemplo de virtudes republicanas y democráticas.
“Era necesario que los abogados argentinos tributaran un gran homenaje al ilustre autor de Las Bases, que con su copiosa obra de publicista y jurisconsulto había esclarecido los problemas del país en la época en que le tocó vivir y que aún hoy conserva enseñanzas fundamentales para la convivencia pacífica. Bien está entonces que el 29 de agosto sea consagrado en su memoria y en ese día se congreguen todos los abogados del país más que por un efímero motivo de camaradería, a contraer el compromiso solemne de luchar por el imperio del Derecho, la justicia y la libertad”, supo describir un abogado en su carta de adhesión.
Es por eso que se saluda hoy a todas las abogadas y abogados que en la geografía nacional, día a día, con su esfuerzo cotidiano enaltecen la profesión de abogar, defendiendo la vida, la libertad, la honra, los bienes y todos los derechos de los habitantes y ciudadanos contra todo abuso de poder, consolidando la República en justicia y equidad.
Los mandamientos del profesional de las leyes
I. Estudia. El Derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos serás cada día un poco menos abogado.
II. Piensa, El Derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.
III. Trabaja. La Abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la Justicia.
IV. Lucha. Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día que encuentres en conflicto el Derecho con la Justicia, lucha por la Justicia.
V. Sé leal. Leal como tu cliente al que no puedes abandonar hasta que comprendas que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aún cuando él sea desleal contigo, Leal para con el juez que ignora los hechos, y debe confiar en lo que tú le dices y que, en cuanto al Derecho, alguna que otra vez debe confiar en el que tú le invocas.
VI. Tolera. Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la tuya.
VII. Ten paciencia. El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración.
VIII. Ten fe. Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la Justicia, como destino normal del Derecho; en la Paz, como substitutivo bondadoso de la Justicia; y sobre todo, ten fe en la Libertad, sin la cual no hay Derecho ni Justicia ni Paz.
IX. Olvida. La Abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras llenando tu alma de rencor llegaría un día en que la vida sería imposible para ti. Concluido el combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.
X. Ama tu profesión. Trata de considerar la Abogacía de tal manera que el día que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que se haga Abogado.
Por Eduardo J. Couture (1904-1957)