GACETILLA POLICIAL
La Policía de Entre Ríos a través de la Dirección Prevención Delitos Rurales informa a la comunidad un nuevo procedimiento satisfactorio llevado adelante por la Brigada Abigeato de San Salvador, donde en menos de 24 horas recuperó toda hacienda que fuera denunciada como sustraída de un campo situado fuera del ejido urbano de la localidad de General Campos.
La génesis de este procedimiento se da cuando GLADYS (60) de nacionalidad uruguaya, con domicilio en Colonia Curbelo zona rural a 15 kms. de la aludida localidad, formaliza la denuncia por el robo de siete terneros, que la noche anterior los había encerrados precariamente en un predio delimitado tan solo por un alambre, donde creyó oportuno dejar sus animales vacunos, siendo un terreno abierto donde antiguamente funcionaba la Escuela "Moscón", situada a 5 km de la casa de la damnificada , que si bien el baldío fue cercado por un solo alambre, la sana intención de resguardo no contaba con medidas de seguridad mínimas para que nadie se lleve lo que no es suyo.
Esto indudablemente benefició a los cuatreros que sin ejercer violencia aprovecharon la oscuridad para arriar los siete terneros orejanos que estaban junto a las vacas que en el tiempo los han parido. Así fue que el Jefe de Brigada Oficial Principal Leonardelli junto al Oficial Almada, Sargento 1º Ruiz Díaz Juan y Cabo Medina Sebastián, recorrieron incansablemente caminos vecinales adyacentes a Colonia Curbelo y el Ejido de General Campos, realizando averiguaciones para recabar información sobre el paradero del valioso ganado.
Labor que arrojó sus frutos, ya que se estableció que personajes inescrupulosos -ya identificados- llevaron los bovinos a pesar del mal estado de los caminos a un lugar muy bien elegido para esconderlos, ya que solo por las intensas lluvias se llegaba caminando, y eso fue lo que hicieron los tenaces brigadistas por varios kilómetros en diferentes campos, hasta lograr su cometido, encontrar sano y salvo todo el ganado vacuno denunciado como robado, los cuales estaban bien parapetados por los matreros rurales, pero estos no contaban con el compromiso institucional de los policías mimetizados para abortar el ilícito contra la sexagenaria víctima, quien recupero su felicidad al recobrar su único capital que tanto codiciaba, siéndole entregados los semovientes atento a lo ordenado por la justicia.