«La desinversión de Repsol era absoluta y por suerte, a partir de la decisión impulsada por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, aumentamos 4,7 por ciento la producción de petróleo, y 10,2 por ciento la de gas», señaló De Vido. Además, se consiguió elevar la utilización de las destilerías que pasaron del 80% a más del 90%. También aseguró que la «desinversión» de Repsol YPF era «total», y que «reorientamos algunos gastos» para apuntalar la producción, como también remarcó que los equipos locales lograron «trasladar los equipos informáticos con los datos de YPF que estaban en Madrid y no acá».
Por su parte, Kicillof afirmó que «queda una YPF de una potencialidad enorme, aún con toda la destrucción que le hicieron, sin explorar, sin invertir, dejando caer las reservas y endeudándose para cancelar la deuda rápidamente y luego girar utilidades al exterior».
Los funcionarios, que estuvieron a cargo de la intervención de YPF, explicaron detalladamente cómo Repsol, una empresa que a prinicipios de la década de 90 era de mediana envergadura, se expandió internacionalmente a expensas de las reservas argentinas de petróleo, en una clara maniobra de vaciamiento, que sólo sirvió para generar indicadores de rentabilidad con enormes ganancias.
Las precisiones del «descalabro pergeñado por Repsol» se encuentran en el Informe Mosconi, un trabajo elaborado por distintos cuadros técnicos del Gobierno nacional que lleva la firma de Julio de Vido y Axel Kicillok, como interventor y subinterventor de la compañía.
El informe, que cuenta con algo más de 90 páginas, describe la deliberada estrategia de Repsol para vaciar a YPF. «Este es un informe público, que muestra a las claras la maniobra de Repsol, una transnacional, que compró YPF con bonos del Gobierno para venderlos posteriormente al precio nominal, maniobra que rápidamente les generó una buena diferencia», aseveró el viceministro de Economía.
Abal Medina sostuvo además que la difusión del Informe Mosconi sobre la documentación de Repsol en YPF, «abre un nuevo capítulo en información pública en Argentina».
En el mismo sentido, criticó la actuación de los medios de comunicación durante los años de privatización y posteriormente cuando se diera a conocer el proyecto de recuperación del 51 por ciento del paquete accionario de YPF por parte del Estado argentino.
«Ya no se conforman con sacar de contexto, inventan», subrayó Abal Medina, quien además destacó la pronta aplicación plena de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, visto que el 7 de diciembre próximo dejarán de tener vigencia los recursos presentados por el Grupo Clarín.
Es por ello que Abal Medina destacó el valor del documento presentado y consideró que su difusión «abre un nuevo capítulo en información pública en Argentina».
«Este gobierno ha sido un firme defensor de la información pública», puntualizó al recordar la publicación del informe Rattenbach sobre la guerra de Malvinas y sostuvo que «no hay espacio para secretos».
A su entender, este tipo de informes sirven para que todos «los ciudadanos y ciudadanas puedan controlar las políticas públicas de gobierno» y subrayó que la información aportada confirma «que nada se hace improvisadamente».
«Cuanto más útil es esta información que el pasado de algún familiar», agregó en referencia a artículos periodísticos que habían cargado contra el viceministro de Economía, Axel Kicillof, por la condición religiosa de su familia.
Para finalizar, recordó que YPF es parte del «patrimonio simbólico y concreto de todos los argentinos» y destacó que el Informe Mosconi es una forma de conocerlo mejor.