ARGENTINA 2001/02
Algunos datos estadísticos de aquellos años donde funcionaba a pleno el consenso de Washington ; las recetas (ahí sí) del FMI; los 10 años de políticas menemistas y los 2 de la Alianza eran estos : 57,5 % de personas bajo el nivel de pobreza ; 23,6 % de desocupación ; un déficit fiscal proyectado de 7 mil millones de dólares y el anuncio de la baja de jubilaciones y salarios en un 13 % ; una deuda externa que superaba los 140 mil millones de dólares con una reserva de divisas (35 mil) que no eran genuinas sino prestadas (luego del blindaje) y como corolario, el anuncio de Domingo Cavallo que el país no estaba en condiciones de afrontar los pagos.
Esta breve y sucinta reseña de lo que ocurría en la Argentina, derivó en estallidos que comenzaron en los focos más escandalosos de la pobreza, bombas de tiempo sociales y Concordia era uno de ellos… lo que sigue fue la crónica de lo que ocurría en esta ciudad hace exactamente 11 años.
CONCORDIA 2001/02
Bajo el título : “La Pobreza : Entre el caos y la organización” esa nota de Diciembre de 2001, decía
HACIA LA “HISTORIA DE DOS CIUDADES”
“Tengo al sensación que la ciudad se me está yendo de las manos”, así se despachaba el jefe departamental de policía de Concordia, Raúl Godoy en una conversación privada con el presbítero Andrés Servín el lunes 17-D a las 2 de la madrugada.
La expresión no era una exageración, era una sincera reflexión frente al estado de cosas que se vivían en Concordia entre la noche del domingo y el lunes a la madrugada, cuando por lo menos 500 indigentes estaban apostados frente al Hipermercado Norte y otros ya habían comenzado a saquear pequeños minimercados de barrio.
La presión social iba en aumento, esos acontecimientos estuvieron precedidos por un fin de semana (sábado 15 y domingo 16) en que los tres locales del cerrado supermercado Maxi Total habían sido saqueados por casi un millar de personas que se disponían a ir por más.
“La gente ha comenzado a perder el miedo hermano y eso es bueno”, le dijo al autor de esta nota un conocido y respetado referente social que, el domingo a la noche organizaba a su gente para partir el lunes a primera hora hacia el local del PROMIN (Programa Materno Infantil) donde aseguraba, el gobierno iba a repartir 5.000 cajas de alimentos.
El estallido tantas veces anunciado comenzaba a adquirir fisonomía, los pobres, los desheredados, los andrajosos y los carritos atestados de jóvenes, familias y madres con niños en brazos comenzaban a inundar la ciudad y ya nada iba a ser como antes.
En esa pura desesperación asomaba un resquicio de esperanza, quizá como en ningún otro lugar del país, el Frente Nacional contra la Pobreza (impulsado por la entonces creíble CTA), alcanzaba una votación inédita, el martes por la mañana ya llevaban contabilizados más de 30.000 votos. Se trataba de una consulta popular que reclamaba algo similar (subsidio a la niñez) a lo que hoy se conoce como Asignación Universal por Hijo.
En tanto, el poder estaba desaparecido, no había vestigios de él. El único interlocutor real durante estos días, fue la fuerza policial, ellos eran el poder, con ellos se negociaba.
“En Inglaterra apenas existía la cantidad mínima de orden y protección que justificase el excesivo orgullo nacional. Robos atrevidos a cargo de hombres armados y salteadores de caminos eran cosa normal en Londres todas las noches ; se advertía públicamente a las familias que no salieran de la ciudad sin trasladar su mobiliario a los almacenes guardamuebles, para más seguridad ; el salteador nocturno era un honrado comerciante de la ciudad a la luz del día…”.
Así describía el genial literato Charles Dickens, los momentos previos a la Revolución Francesa, en su memorable “Historia de dos Ciudades”.
Seguíamos diciendo en aquella nota de 2001…
No podríamos decir que en la Argentina o en Concordia haya una revolución en puerta. Falta organización y conducción para que ello ocurra, sin embargo, la similitud de imágenes en cuanto al descontrol, los saqueos, la desesperación y el hambre de la gente como protagonista central, así como la aparición en escena de delincuentes, lúmpenes y vivillos de distinta calaña, marcan un punto de encuentro : el caos.
Las postales del descontrol pueden contarse por decenas. Mientras cerca de dos mil personas estaban apostadas en el playón del Hiper Norte, sobre la Avenida Eva Perón, el semáforo detuvo a un camión. Solo faltó el grito de alguien para que el vehículo fuera literalmente asaltado por un centenar de personas que, con desesperación, lo saquearan. No llevaba comida, solo toallitas femeninas y pañales… igual servía.
Otro grupo de mujeres se presentó ante la dueña de un conocido supermercado solicitando bolsitas de comestibles que evitaran un saqueo descontrolado. Accediendo al pedido, la dueña observó cómo esas mismas mujeres bien vestidas subían a un moderno vehículo y se comunicaban con celulares.
En uno de los primeros supermercados asaltados por una imponente horda de hambrientos, una mujer de clase media ingresó no para llevar comida, se alzó con un teléfono ; el desquicio aumentaba con el paso de las horas, decenas de personas mostrando desprecio por la lógica, se agolpaban frente a pequeñas carnicerías, bolichitos de barrio, almacenes y exigían en forma amenazante comestibles.
En uno de los barrios más humildes de la ciudad a un almacencito de 4×4 intentaron saquearlo, su propietario es un humilde vecino con tantos padecimientos como sus saqueadores.
Este era el clima.
Igualmente ninguna de estas imágenes empaña la principal razón de este aquelarre que no augura un pronto final, mucho menos feliz.
Un dato altamente significativo fue el comportamiento policial. A pesar de que fueron desbordados en innumerables situaciones, la cordura y la lógica primaron. El hecho virtuoso debe ser adjudicado solo a la fuerza de seguridad, no al ministro (UCR) Enrique Carbó que, a pesar de la delicada situación y aunque no se lo crea, brilló por su ausencia.
¿ Y EL PODER ?
El poder, en tanto, comenzó a desesperarse, tomó conciencia de la gravedad, también ellos sintieron que ya nada podía infundir miedo y se unieron. No era para menos. En la madrugada del lunes (17), más de un centenar de hambrientos apostados en el hiper, rodearon a este y a varios otros cronistas que llegamos al lugar, denunciaron a la policía, anunciaron que cada vez serían más (algo que efectivamente ocurrió) y, ante una pregunta acerca de los móviles políticos del descontrol, amenazaron… “buscaremos comida allí donde haya, después iremos a las casas de los políticos y nombraron a Yedro (Mario) ; Busti (Jorge) y Alasino (Augusto).
Preocupado hasta lo indecible, el gobierno provincial (por entonces Sergio Montiel-UCR) decidió enviar a Concordia efectivos policiales de toda la provincia y a través del ministro Villaverde y del flamante comité de crisis acordaron el envío durante 3 meses de 10.000 cajas de alimentos”.
En otra nota de esa misma edición Especial decía…”la provincia es otro caos, en Concordia primero, luego en C. del Uruguay, posteriormente en Paraná y vaya a saberse en donde más, los patéticos asaltos y saqueos a bolichitos de barrio producen escozor, Entre Ríos está sitiada por conflictos, las principales rutas de acceso están cortadas por cientos o miles de camioneros que se han manifestado dispuestos a no soportar más las dilaciones y los cuentos”.
Cuando este Semanario había entrado en impresión comenzaron a contarse los muertos en el país y en Entre Ríos….
LA ARGENTINA HOY
La nota escrita en aquellos años (hasta aquí textual), continúa… sin embargo, con lo reproducido alcanza para tener una idea bien completa de aquel panorama y también para distinguirlo del escenario de revoluciones en puerta que vio el escriba de La Nación (el pasado domingo 16-D) Morales Sola que se imaginó tal cosa luego de los disturbios de la hinchada de Boca Juniors en Capital Federal, incorporando un elemento más (por si faltara), a la exageración, el disparate y la necesidad imperiosa de que se pudra todo. Es que, cada vez está más claro que los poderosos no quieren a este gobierno que, ahora y como regalo de navidad, se decidió a recuperar para el Estado el predio de la Sociedad Rural entregdo a precio vil por la corrupción menemista.
Así, es sencillo observar entonces que, a la guerra nuclear que convoca Micheli, a la afirmación de Moyano sobre que este gobierno se maneja con las pautas de ajuste del Fondo Monetario Internacional y el escriba del poder que imagina revoluciones, le sobra imaginación y le falta un mínimo de cordura… y de vergüenza, obvio.
Vergüenza, porque ayer hicieron una marcha para reclamar en contra del “maldito impuesto a las ganancias de los trabajadores” que, si se dejara de cobrar, beneficiaría solo a 1 c/10 trabajadores activos. No hicieron una marcha para acabar con el trabajo en negro, que afecta a más del 30 % de la clase obrera. Y no lo hicieron entre otras razones porque se le escabullirían varios de los nuevos aliados, como Buzzi, el momo Venegas y las patronales que apoyaron la movida anti K.
Y cordura… para reconocer que, a pesar de la fenomenal crisis internacional (que antes, apenas estornudaban, nosotros nos resfriábamos), entre el 2007 y 2011 el crecimiento real del PIB argentino per cápita sólo fue superado por China y la India. Si se consideran los países integrantes del G-20, la Argentina, Brasil y México ocupan el 4º, 5º y 9º puesto en la tabla de solidez de la recuperación, luego de China, Turquía y la India.
Para que decir más… ¡¡Felices Fiestas!!