A preparar los pararrayos

La comunicación gubernamental no está dejando, por otra parte, lugar para traer tranquilidad a otros sectores económicos y sociales. Todo comunica: Macri habló desde un acto en el que reivindicaba a los policías caídos en el servicio. Así, rodeado de policías, Macri dijo luego de las últimas novedades intranquilizadoras de la economía: “Les agradezco que me estén acompañando en esta transformación de la Argentina. Estamos convencidos de que hemos tomado el camino correcto para la Argentina. Sin el aporte de ustedes, nada de esto sería posible”. “Voy a estar comprometido para darles todos los recursos que necesiten porque esta es una batalla que tiene que ver con nuestro futuro y tranquilidad”, les aseguró Macri a los uniformados, en un contexto de ajuste general por parte del Gobierno.

La obsesión del oficialismo es dejar en claro que “esta vez va en serio” el ajuste del déficit fiscal, como dijo Marcos Peña hace algunas semanas. En esa dirección, en el Gobierno destacaban ayer la cantidad de gobernadores que respaldaron al Gobierno y sus metas fiscales, luego de un trabajo hormiga por parte del equipo del ministro de Interior, Rogelio Frigerio. Entre los 12 que ya firmaron están los integrantes de Cambiemos, pero también los peronistas Juan Manuel Urtubey (Salta), Juan Schiaretti (Córdoba), Domingo Peppo (Chaco), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Sergio Uñac (San Juan) además de Hugo Passalacqua (Misiones) y los patagónicos Alberto Weretilneck (Río Negro) y Mariano Arcioni (Chubut). En el oficialismo también remarcan que cuentan con el apoyo del senador Miguel Angel Pichetto.

Las señales son todas en un mismo sentido: mostrarle al FMI que hay un peronismo “racional” que acompañará las políticas que el Gobierno venía aplicando y se comprometió ahora ante el organismo multilateral de crédito a seguir aplicando con más dureza y sin la ilusión de gradualismos. El jefe de Gabinete salió ayer a ratificar esa línea: al tiempo que admitió que la economía no está tranquila (de las “turbulencias” pasó a hablar de “clima tormentoso”), volvió a poner como meta la reducción del déficit, como único objetivo para intentar frenar las variables que no parecen estar bajo control.

Peña indicó que la Argentina viene teniendo “un clima tormentoso, producto de varios factores externos”, entre los que mencionó la suba de tasas de los Estados Unidos, una guerra comercial de ese país con China, la suba del precio del petróleo y la sequía que afectó la producción y el nivel de exportaciones. “Ni la cuestión está en una crisis a veces tan terminal, como se quiere plantear, ni tampoco que está todo bien”, advirtió. Para Peña, el problema es que la Argentina es “un país muy acostumbrado a usar el dólar como termómetro de la situación económica”. “Reconocemos el momento y lo tomamos con la seriedad que corresponde y tomamos medidas como, por ejemplo, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional”, dijo.

Como solución única, indicó que se “va a cumplir con la reducción del déficit fiscal” a 1,3 por ciento del PBI en 2019. “Estamos convencidos de que va a haber un acompañamiento responsable de nuestro presupuesto”, sostuvo Peña en dirección al peronismo. “Además, también estamos confiados en que lo vamos a lograr ya que ese compromiso que asumió la Argentina no tiene marcha atrás”, aseguró. Volvió a remarcar que lo central es “ir hacia el equilibrio fiscal para poder crecer mucho tiempo y reducir esta dependencia externa”. 

Peña aseguró que la confianza de los principales países en el liderazgo de Macri “es inédita en tamaño y velocidad”. “Ha sido respaldado por casi todas las economías más importantes del planeta, diciendo que vamos por el camino correcto”, remarcó. “En solo dos años y medio el Gobierno redujo el gasto en cuatro puntos y bajó impuestos”, insistió el jefe de Gabinete, que no arrojó pistas sobre qué harán con la fuga de dólares, el traslado de la devaluación a las tarifas de los servicios (en el esquema que dejó Juan José Aranguren) y a los precios en general.

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