Según cuenta Verónica Toller en el diario el Día se debatieron dos propuestas :
1 – Sí, porque “todos nos conocemos, aquí nadie es un loquito ni violento, no vamos a proponer acciones desmesuradas; el que va a realizar una acción secreta debe venir primero y dar la cara, y la Asamblea le dirá que sí o que no (al voto de confianza, no a la acción, porque no la conoce)”. Además, a las sesiones de la Asamblea suelen ir “los servicios” (esto es, agentes de información de Policía, Prefectura, Gendarmería, la SIDE y de la empresa Botnia) por lo que si todas las acciones se debaten allí, pueden ser sofocadas de antemano o arruinadas por carecer de sorpresa. “Kirchner no nos cuenta lo que va a hacer, actúa en silencio, y Botnia avanza”, se dijo.
2 – No, porque actuar de esa forma (voto de confianza y desconocimiento del resto) va en contra de las bases mismas de la Asamblea: horizontal, donde todos participan, todos opinan. La horizontalidad de la Asamblea ha sido la principal característica de este movimiento. Las acciones secretas son necesarias, pero pueden ser tratadas, estudiadas y autorizadas por un grupo, una comisión de acciones (que funcionó en 2006 y ahora se encuentra desactivada). Quien tiene una propuesta de acción secreta, puede plantearla a la comisión mencionada. De esa forma, habrá un tamiz y un reaseguro para el resto. La comisión de acciones podrá autorizar que esa persona lleve adelante el proyecto.