A pesar del nuevo Mercado, muchos vendedores ambulantes siguen en calles y veredas

Pese a no poder ocupar la vereda del mercado, los vendedores no se fueron. Algunos ocupan parte de la calle, otros tienen estructuras fijas en la vereda. El 13 de marzo pasado, la concejal Graciela Salazar (FPV) hizo notar a través de una minuta que, sobre la mano izquierda de calle Buenos Aires y su intersección con Entre Ríos y su continuación Quintana a mano derecha, hasta San Luis, “se ha formado un cordón de puestos ambulantes, instalados sobre las calzadas y veredas de estas calles mencionadas”. Y que “día a día en esta calzada la cantidad de puestos se van acrecentando, formando un cordón de puestos ambulantes, frente a otros locales que si cumplen con las normas tributarias y las pautas que impone el municipio”.

En tal sentido, expresó que la mano izquierda de Quintana entre calle Entre Ríos y San Luis, es ocupada para el estacionamiento de motos. “Esta parada es una de las mas utilizadas en el radio céntrico, lo que sumado a la instalación de los vendedores del lado derecho, genera un reducido y peligroso paso de los mismos, habiendo allí un pesado y concurrentes tránsito vehicular por el movimiento comercial y la desembocadura obligada de los móviles que vienen por Entre Ríos”, indicó. Además Salazar denunció que los transeúntes que intentan estacionar su vehículo sobre la mano derecha son increpados por los puesteros para que no lo hagan, originándose controversias entre ambas partes. Por ello pidió que la Dirección de Tránsito e Inspección General tomen intervención en el tema.

Hasta la fecha no se ha hecho nada al respecto dado que los vendedores permanecen allí. El presidente del Centro de Industria, Comercio y Servicios de Concordia, Walter Kleiman, recordó que al momento de construirse el edificio se prometió terminar con los puestos en la calle. “Se les dio un lugar más cómodo donde pueden ejercer libremente el comercio con mejores condiciones edilicias, baños y mejores comodidades que no la tenían pero, a pesar de ello, vemos que siguen estando los puestos callejeros que en cierta manera están usurpando el espacio público que es de todos, ocupándolo en forma ilegal”, indicó. Al mismo tiempo, Kleiman que además de se dificulta el tránsito a peatones y vehículos “ejerciendo un comercio ilegal e informal”. 

En tanto, el martes por la mañana llueve y en el Mercado de Pulgas todos los boxes no están abiertos. Varios tienen sus persianas cerradas. Fuera del Mercado aseguran que hay puestos vacíos permanentemente. Adentro sostienen lo contrario. “Están algunos cerrados porque la gente se ha ido de viaje porque viaja una o dos veces por semana a La Salada, otros viajan a Paraguay para comprar mercadería pero todos abren todos los días. Hoy que es un día de lluvia hay algunos cerrados pero la gente va llegando de a poco”, manifestó Omar Angélico, uno de los integrantes de la comisión provisoria que se formó ante la renuncia del presidente anterior, Germán Baravalle. Angélico indicó que los 96 puestos tienen dueños.

“Los vendedores que están afuera siempre estuvieron afuera”, dijo en referencia a quienes están en la calle. Además explicó que sólo ingresaron cuatro vendedores que estaban afuera. “Eran los más antiguos que estaban en la vereda y se les dio a esa gente pero no hay lugar para más”, señaló.

En la actualidad, tres o cuatro puesteros son los que se encargan de administrar el Mercado. “Nos pusimos de acuerdo para sacar las cosas adelante y entre todos resolvimos organizar un poquito esto porque estábamos medio a la deriva”, dijo. Una de las cuestiones que resolvieron fue mejorar los pisos de los sanitarios, colocando cerámica sobre el piso de pórtland. “Lo dejamos en mejores condiciones”, manifestó. La idea es remodelar los pisos en todo el predio mas adelante. De la misma forma, planean en el futuro colocar ventiladores y equipos de aire acondicionado para atemperar el calor en verano. “Dentro de unos meses se va a elegir la nueva comisión”, indicó Anjélico.

La lluvia obliga a los vendedores ambulantes a refugiarse en los techos o aleros en la peatonal. Javier tiene 24 años y hace 8 que es vendedor ambulante. Recuesta en una columna de la vidriera su mesita donde apoya una caja con cd´s de música y películas en la esquina de una zapatería céntrica. Arrancó vendiendo en la esquina de la Cooperativa Eléctrica  y luego se reubicó debido a que los inspectores municipales lo fueron “corriendo”.  “Esto no es fácil. Tenés que venir todos los días, haga frío o calor y hay que estar todos los días acá. Hoy venís, vendés; mañana no vendés. La calle es así”, señaló.

No obstante, las incomodidades de estar al aire libre, Javier prefiere estar en la peatonal soportando las inclemencias del tiempo a permanecer en un lugar cerrado pero sin clientes. La aclaración la hace teniendo en cuenta que hay versiones respecto de que el municipio está interesado en trasladarlos a la ex estación Concordia Norte. “A nosotros no nos sirve. Hay movimientos, pasan autos todo el día pero no para a comprarte la gente”, señaló Javier.

Además, muchos aún recuerdan que, durante la segunda gestión de Juan Carlos Cresto (2003-2007), se les cedió el lugar que ocupa ahora el centro de Convenciones. La experiencia no fue buena. “Yo me fundí ahí. No quiero ni hablar”, dijo Ramón, uno de los vendedores ambulantes más antiguos, al ser consultado.

“Todos nosotros acá tenemos familia. Por más que estés en un lugar cerrado, que no te llueva, que no tengas frío o no pases calor, tiene que tener movimiento; que vaya gente que compre”, explicó. Para Javier, padre de una niña de cuatro años y de un varón de dos, alejarse dos cuadras de la peatonal significa no vender nada.

En realidad no hubo un ofrecimiento concreto de parte del municipio. En realidad, fue más bien un sondeo. “Dijeron que nos iban a poner un baño, luz, pero nada en concreto”, dijo Javier. De todas formas, reiteró que no hay interés en trasladarse a esa zona. 

“Acá venimos y nos rebuscamos. Para comer tenemos y allá ir a probar… ¿y sino vendés?, vendés tu mercadería y no la reponés; no nos sirve. No es algo que es seguro que decís ‘yo vendo $ 100 por día’.  Fijate que acá en pleno centro cuesta a veces”, reflexionó. “Imaginate allá. Acá, por lo menos la gente viene al banco, a pagar la luz, a pagar el video, anda. Hay movimiento. Allá no hay movimiento de nada. En invierno a las seis de la tarde no anda nadie; un día de lluvia no anda nadie”, dijo. “Yo tengo dos hijos y tengo que darles de comer todos los días. Tengo que ir a algo que sea seguro”, reafirmó el vendedor para que no queden dudas.

Una versión que circula entre los vendedores es que se les iba a otorgar la posibilidad de darles un lugar en la Feria de Producción local. No obstante, las autoridades del área consultadas aclararon que no hay posibilidad de mezclar a los feriantes de productos alimenticios con los vendedores ambulantes. En cambio, fuera de la feria, sobre calle Gobernador Cresto (ex San Luis), a pocos metros de la plazoleta de la ex Estación Concordia Norte sobre la vereda oeste, se construyeron cinco puestos con hierros recubiertos de lonas.  Ese sería ser el lugar elegido. Pero nadie quiere ir ahí. Esta mañana nadie circulaba a pie por ahí. Otro vendedor consultado que tiene su puesto a escaso metros de la peatonal asegura que, además del poco movimiento, de noche es oscuro. “Te roban todo”, dijo.

 

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