Froy sostuvo que en no pudieron ingresar a dos domicilios en el barrio Nébel donde había denuncias de venta de pirotecnia dado que, según sostuvo, la policía no quiso colaborar. Además, en el límite de Colonia Roca, una Junta de Gobierno creada en 1997, cerca del Campo del Abasto, una empresa mayorista ofrece pirotecnia. “Kremer (el intendente de Colonia Roca) les permite eso. La ordenanza alcanza hasta ahí y después depende de Kremer que, aunque Cresto le pidió que adhiera a esa ordenanza, le dijo que no”, dijo Froy.
“El 24 se escuchó algo y creo que hoy se va a escuchar mas dado que la diferencia entre Navidad y Fin de Año. Si en Navidad hubo, hoy también va a haber a pesar de que se ha clausurado un puesto pero hay otros clandestinos de esta misma persona. “Mientras no se termine con Cienfuegos acá y avance un poco la responsabilidad la gente…”, reflexionó. De hecho, mencionó que se compra más pirotecnia paradójicamente en los barrios donde las carencias son mayores. “Me lo han confirmado diferentes personas, en la Zona Sur y en la Zona Noroeste se tira mas”, dijo.
De todas formas, no solo a venta sino también el transporte y la utilización están prohibidos en Concordia. Por lo tanto, ya depende del nivel de consciencia de cada vecino el saber que la utilización de elementos pirotécnicos está prohibidos dado que, además del riesgo de padecer alguna quemadura por parte de quien los manipula, a los animales les genera taquicardia, temblores, falta de aire, náuseas, aturdimiento, pérdida de control, miedo y/o muerte.
Los efecto son diversos y de diferente intensidad y gravedad. Los perros suelen sentir temor y al huir pueden ser víctimas de accidentes o perderse. Las aves reaccionan frente a los estruendos con taquicardias que pueden provocarles la muerte; los gatos suelen correr detrás de los explosivos por simple curiosidad pudiendo ingerirlos, perder la vista o lesionarse; los insectos y otros animales pequeños poco pueden hacer para no ser dañados, la pirotecnia es para ellos un explosivo de gran tamaño.