La cotización en pizarra llegó a este valor tras varias jornadas en que los compradores pagaban $ 1.000 por fuera del recinto para grandes volúmenes y se resistían a pagar el “piso” autoimpuesto por los productores. Es que la exportación y la industria creen que los $ 1.000 no conformarán a los sojeros que todavía tienen 30% de la supercosecha en su poder y que de ahora en más, si el contexto externo acompaña, buscarán que les paguen por lo menos $ 50 más por cada tonelada de oleaginosa. Y esos temores se profundizaron el viernes cuando los compradores constataron que a $ 1.000, los productores liquidaron 60.000 toneladas, lejos del récord diario anual de 100.000 toneladas, vendidas a $ 900 a principios de junio.