Tal lo previsto, argentinos y uruguayos manifestaron frente a la terminal de Ontur -de la que Botnia es principal accionista- en el puerto de Nueva Palmira.
Uno de los activistas argentinos habló con C5N, a bordo de una de las lanchas, y dijo que la protesta se llevará «hasta las últimas consecuencias». Agregó que si es necesario se cortarán todos los pasos- terrestres y fluviales- que unen a la Argentina con el país vecino.
«Esto recién comienza. Cuando Botnia empiece a funcionar empieza la disputa», dijo en tono combativo otro de los asambleístas, quien agregó que se está instalando un verdadero «cáncer» sobre el río Uruguay.
La «caravana náutica» que llevan a cabo ambientalistas de Gualeguaychú era custodiada por la Prefectura de Uruguay. De hecho hubo incidentes con algunas lanchas que traspasaron los límites marítimos que las autoridades habían impuesto previamente.
Por su parte, el ambientalista Alfredo de Ángelis consideró en Radio 10 que el puerto que inaugurará Botnia «es clandestino», debido a que no cuenta con el aval de la Argentina para un emprendimiento de ese tipo, realizado en aguas binacionales.
Pero sobre todo, De Ángelis mostró su indignación por la presencia del presidente uruguayo en la inauguración de esa terminal fluvial y aseguró que dicho acto era una «provocación» para los vecinos de Gualeguaychú.
«El gobierno uruguayo sigue provocándonos» y agregó que «para la democracia del Uruguay y este gobierno es lamentable lo que está pasando, porque no dejan expresarse al pueblo».
De Ángelis consideró que la apertura de ese puerto «es una nueva violación al Tratado del Río Uruguay», por lo que adelantó que seguirán con las manifestaciones para resistir el inicio de las operaciones de la planta productora de pasta celulosa en la ciudad oriental de Fray Bentos.