La quinta en cuestión está ubicada sobre calle Concordia de Chajarí, en un sector limítrofe con el casco urbano.
La visita era motivada por la situación irregular de un trabajador de esa quinta, el cual había sido despedido y por quien se pretendía llegar a algún arreglo económico, habida cuenta de la relación laboral por fuera de la ley que durante el tiempo de trabajo había mantenido.
Según Acosta, la conversación entre él, el delegado de la exportadora y padre e hijo de la familia Stivanello se desarrollaba con normalidad hasta que salió la esposa del dueño. En ese momento, tras inquirir a los funcionarios sobre quienes eran, comenzó a agredirlos verbalmente de una forma virulenta. Luego se retiró, pero a los minutos salió por el frente de la casa exhibiendo un arma de fuego, la cual no dudó en hacerla disparar, ejecutando un par de disparos en forma horizontal, hacia el sector donde Acosta y su colaborador estaban, aunque las balas fueron a parar a unos 20 metros de ese lugar. La mujer siguió amenazándolos verbalmente pero los mediadores no se retiraban del lugar. Asimismo, el esposo e hijo de ella trataban de disuadirlos para que se vayan, aduciendo que “ésta (por la esposa) va a pegarles un tiro, es loca”. Finalmente se retiraron, pero se procedió a hacer la denuncia formal en la Comisaría de Chajarí. En tanto, el mismo Acosta expresó que “tengo entendido que también fueron a apretarlo a este muchacho (aquel por quien fueron a reclamar) en su casa”.
Lamentablemente, este tipo de hechos son frecuentes en la zona. En marzo pasado, el secretario general del Sindicato Obrero de la Fruta, Alcides Camejo, había denunciado que hombres armados, bajo amenaza de muerte, echaron de quintas citrícolas de Mocoretá (sur correntino) a inspecciones laborales del Ministerio de Trabajo junto a miembros del sindicato. Y en septiembre de 2008, en una zona cercana a Villa del Rosario, citricultores le cortaron el paso a funcionarios de la Direccion de Trabajo local y del Sindicato de la Fruta -entre los que se encontraba también Acosta- cuando salían de una quinta luego de hacer una inspección donde se detectaron numerosos empleados en negro. Los retuvieron como rehenes allí por varias horas.
Por otra parte, sobre el final de la semana pasada en un accionar conjunto del Sindicato, la Dirección General Impositiva (DGI) y la Dirección de Trabajo en Chajarí se detectaron, en total, unos 52 trabajadores en negro desde el pasado jueves.