A los tiros en el súper chino

El subjefe de la Policía Metropolitana, Ricardo Pedace, aseguró que Molero cumplió “con su deber” en lugar de “abstraerse de lo que estaba sucediendo” y aclaró que fue “asesinado de un balazo en la cabeza por un tercer delincuente que actuaba de campana”. El hecho ocurrió el jueves por la noche en un supermercado ubicado en la avenida Hipólito Yrigoyen y la calle Roger, en Longchamps, partido de Almirante Brown.

De acuerdo a lo que quedó registrado en las cámaras de seguridad del local, dos delincuentes armados ingresaron a robar y uno de ellos tomó como escudo humano a un cliente, mientras el otro se acercó a la línea de cajas para llevarse el dinero.

Dentro del local se encontraba Molero, quien junto con su hija estaba realizando unas compras. El policía decidió intervenir para evitar el robo y sacó su arma reglamentaria. En el video se observa el momento en que los asaltantes salen del local corriendo y a los tiros, y son perseguidos por el policía.

Fuentes de la investigación dijeron que dos de los ladrones recibieron heridas de bala, a pesar de lo cual lograron salir del comercio y subirse a una camioneta Citroën Berlingo que estaba detenida en la puerta del comercio. Todo indica que un tercer hombre que hacía de “campana”, fue el que disparó contra el oficial de la Metropolitana.

Los dos delincuentes murieron cuando se hallaban en el vehículo, mientras que el tercero logró dispararle al policía que se asomaba por la puerta del supermercado y lo baleó en la frente. Pedace contó que Molero fue “sobrepasado en número” y que “cuando persiguió a los dos delincuentes con los que se tiroteaba, “uno (el tercer miembro de la banda) que estaría oficiando de campana le disparó en la cabeza”.

El policía fue auxiliado por algunos clientes y por el encargado del supermercado, que llamó al 911 y a una ambulancia; el policía fue trasladado de urgencia al Hospital Lucio Meléndez, donde murió. En la puerta del supermercado, los policías de la comisaría 7ª de Almirante Brown secuestraron una pistola calibre 9 milímetros marca Bersa Thunder y un revólver calibre 32 que quedaron cerca de los delincuentes muertos; también recuperaron el dinero robado.

La policía secuestró la camioneta Berlingo, que tenía una patente que correspondía a un Peugeot 504, y que había sido robada el 13 de agosto en la localidad de Glew. Según los investigadores, los dos hombres fallecidos son mayores de edad. Uno de ellos fue identificado como Maximiliano Díaz, mientras que el otro no llevaba consigo ningún tipo de documentación.

Cuando fue consultado sobre la decisión de Molero de identificarse como policía e intervenir pese a estar franco de servicio, Pedace afirmó que “el personal policial es policía las veinticuatro horas, el policía continúa en sus funciones”. Agregó que “todos los hombres que integran las fuerzas policiales llevan consigo desde el momento en que son nombrados una figura abstracta que se denomina ‘el estado policial’. Dentro de los deberes que debe cumplir el personal policial está el defender por las vías de hecho la libertad, la propiedad y la vida de las personas inclusive a costa de su propia vida”. Con otra visión, distintos especialistas en seguridad vienen recomendando desde hace años que los policías de franco no lleven armas: las muertes de policías ocurren mayormente en esas circunstancias.

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